𝐹𝑖𝑛𝑒 𝑙𝑖𝑛𝑒 [BSD]

3_ The only traveler

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Aún no lo entendía.

Talvez era algo que estaba fuera de su alcance.

Ocurrió de un día para el otro, ocurrió tan de repente que ni siquiera pudo ¿Despedirse? ¿Decirle que no se vaya?

Había comenzado como un día corriente, otro día más de trabajo y a eso se dirigía, una misión para nada relevante más allá de corroborar si la mercancía estaba en orden.

Y fue raro.

Se sintió raro.

Al terminar de verificar el estado de la mercancía simplemente se dirigió de nuevo al edificio de la mafia, siendo interrumpido cuando un guardia lo llamó diciéndo que había una reunión urgente.
Algo sorprendido, pero no lo suficiente como para mostrarlo en su rostro se encaminó hacia la gran sala donde usualmente se hacían las reuniones.

Una vez allí se encontró con el jefe, sentado en una de las esquinas de la larga mesa en el medio de la sala, estaba cruzado de piernas y con la cabeza apoyada en uno de sus brazos luciendo tan despreocupado cómo siempre, pero había algo en su postura un tanto tensa que le dió un escalofrío a Akutagawa.

Aparte de jefe pudo divisar a muy pocas personas más, entre esas personas estaba Chūya, luciendo tan frustrado mientras se peinaba su cabellos rojizo hacia atrás. Decidió no dale tanta importancia mientras buscaba disimuladamente a Dazai con la mirada, no le fue difícil saber que no estaba allí.

Caminó con las manos juntas detrás de su espalda hasta quedarse de pie junto a una de las silla un tanto alejadas.

Escuchó atentamente como su jefe se aclaraba la garganta al hablar, luciendo el semblante más serio que había visto nunca en él.

"Dazai dejó la mafia"

La sala se sumió en un sepulcral silencio, siendo interrumpido por un breve "qué" por parte del pelirrojo con sombrero en la habitación.

"Desde éste momento Osamu Dazai es considerado un traidor a la mafia, por lo tanto si se lo llegan a encontrar deberán traerlo ante mí"

Mori dió por terminada la reunión, dejando que todos volvieran a los labores que tenían.

Akutagawa simplemente no sabía cómo sentirse al respecto, sus sentimientos siempre habían sido un tema conflictivo, y hasta cierto punto innecesario en su vida.

Solo había un sentimiento que podía diferenciar entre tantos, la incertidumbre. Las preguntas que su mente formulaba en cada instante, lo agobiaban.

¿Y ahora...?¿Qué seguía después de ésto?¿Qué esperaba conseguir Dazai después de su partida?¿Porqué lo había hecho?

Nunca había dudado de que el castaño siempre hacia las cosas por alguna razón, cuál extraña que fuera siempre tenían una finalidad. Pero ¿Esto?

- No le des tantas vueltas al asunto- escuchó una voz detrás de él, sabiendo perfectamente a quien correspondia aquel tono de voz se volteó para quedar de frente con Chūya.

-No lo hago.

- Sé que lo haces, simplemente se fue Akutagawa, tomó la decisión de irse y así lo hizo- murmuró el mayor, acomodando el sombrero en su cabeza y pasando a su lado por el pasillo.

- Él no...- levantó ligeramente el tono de voz al hablar para que el pelirrojo lo pudiera escuchar, a pesar de la poca distancia que había entre ellos. -Él no le mencionó nada sobre ésto?

Chūya se volteó, volviendo en sus pasos hasta poder colocar una de sus manos en el hombro derecho de Akutagawa. Cómo si quisiera darle un poco de apoyo mientras volvía a hablar.

- No, y lo pagará el imbécil. Pero mientras tanto no te quedes estancado en este momento, tienes que demostrarle que su partida te hizo más fuerte.. Dazai es muy estúpido para darse cuenta el potencial que realmente tienes- y con eso se dió media vuelta, satisfecho con sus palabras, volvió a retomar su camino de salida.

El azabache admiró al otro hombre alejarse hasta perderse por el pasillo y frunciendo un poco el ceño comenzó a caminar hacia la salida.

Empezó a darle vueltas y vueltas a la conversación que había tenido con Chūya, se sintió raro ver la tranquilidad con la que le había hablado, aunque al mirarlo a los ojos pudo distinguir destellos de algo con lo que no estaba familiarizado, decidió darle la razón.

Ciertamente a Dazai no le gustaría volver y saber que su subordinado no había cambiado en nada. Así que se propuso eso en mente.

Obtener el reconocimiento de Dazai aunque eso le costará la vida, era su impulso a seguir.

Obtendría esas palabras aunque fueran las últimas que su enfermo corazón llegarian a escuchar.

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