Sonará a poco, pero llegó un momento en el que le daba la mano cada vez que íbamos por la calle, sus abrazos me sanaban en vez de agobiarme como lo hacían los demás, y solo pensaba en verle. Hablábamos todo el día y dormíamos en llamada, lo que hizo que pudiera volver a conciliar el sueño, pero siempre abrazada a una almohada simulando que era elle, cosa que elle hacía tambien simulando que era yo.
Que queríamos más, si queríamos, pero yo aún estaba asimilando todo lo que había pasado ya que nunca pensé que fuéramos a pasar más de hermanas y aún me costaba creer que elle pudiera sentir algo por alguien como yo, y sigue costandome, ya que por mucho que yo me quiera y me vea bien soy incapaz e creer que alguien que no sea yo pueda hacerlo, me quiero pero no me dejo querer.
Quería todo con elle pero a la vez tenía miedo, tenía miedo de perderle, de cagarla y de que se aburriera de mi, a pesar de que me prometió cuando éramos solo amigues que nunca iba a perderle y me lo seguía repitiendo ahora también, me asustaba pensarlo.