El collar

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Grace:

Las navidades pasaron rápido, cómo siempre. A Harry y a mí nos regalaron una saeta de fuego, el problema es que no sabíamos quién nos la había regalado, y para colmo Hermione estaba convencida de que Black nos la había regalado y que estaba hechizada para matarnos ¡eso era absurdo! Pero de todas formas la profesora McGonagall nos las quitó.

-Chicos- dijo Wood al vernos en el campo ya cambiados y listos para entrenar- quería hablar con vosotros dos- dije señalando a Harry y a mí.

-Eh... sí claro- djio mi hermano.

-Los demás, ir dando un par de vueltas al campo volando.

Cuando los demás se fueron el capitán empezó a hablar.

-Quería preguntaros si ya teníais algo pensado para el próximo partido, por si los demetores vuelven.

-Bueno, el profesor Lupin nos dijo que nos iba a dar unas clases, empezamos esta semana.

-Perfecto. Y... ¿ya tenéis escobas nuevas?

-¿Tu nos ves con escobas nuevas?- bromeó mi hermano.

-Peero- intervine yo- nos han regalado una Saeta de Fuego a cada uno por navidad.

Wood se quedó en shock por un momento.

-¡No! Tenéis que estar bromeando, ¿dos saetas de fuego? ¿y dónde están?

-McGonagall nos las ha quitado.

-¡Qué!

-Sí, esque Hermione dice que Black las puede haber comprado y hechizado para matarnos.

-¡Pero eso es ridículo!

-Lo sabemos.

-Bueno pues cuando las tengáis me avisáis, si tenemos dos Saetas de Fuego antes del partido contra Slytherin sería genial.

Nos pusimos a entrenar y luego volvimos cada uno a nuestra habitación. Cuando llegué a la mía estaba vacía, pero al ir a tumbarme en mi cama me di cuenta de que había algo debajo de esta. Era una nota:

Querida Grace:

Espero que te guste tu regalo de navidad, y que utilices esta escoba mucho. Aquí te dejo otro detalle, espero que te guste y te lo pongas.

Feliz Navidad

Pd: espero que nos podamos conocer pronto.

Le di la vuelta al papel para ver si estaba firmado, pero no había nada más. Sin embargo, sí que tenía un paquetito muy pequeño de papel pegado, ni siquiera era un paquete, parecía un sobre hecho a mano.

Lo abrí y vi un collar muy bonito, era una gargantilla. Era cadena de oro con estrellitas colgando, me gustó mucho.

Me di cuenta de que ese regalo venía con la escoba, y aunque pensaba que lo que había dicho Hermione sobre Black era una tontería, no quería arriesgarme a ponerme ese collar y morir. Asique cogí el collar y la nota y fui al despacho de McGonagall.

-Pasa.

-Buenas tardes profesora- dije entrando dentro del despacho.

-¿Qué le trae por aquí señorita Potter? Espero que no la hayan castigado.

-No profesora- dije riendo- vengo por lo de la Saeta de Fuego.

-Señorita, ya hemos hablado de esto, solo lo hago po-

-Lo sé, no he venido a pedirle que me la devuelva- le expliqué.

-¿Y a qué ha venido?

Yo le enseñé el collar.

-Vino junto con esta nota- saqué la nota del bolsillo y se la entregué- no creo que sea de Sirius Black, pero por si acaso moría al ponerme este collar... creo que se lo tenía que traer para que me dijera si me lo puedo poner profesora.

La profesora leyó la nota y luego miró al collar con una sonrisa, la verdad que me pareció extraño.

-¿Pasa algo profesora?

-¿Eh? No no, en absoluto- dijo poniéndose bien las gafas- a sido buena idea traérmelo señorita, ahora, si me disculpa, iré a hablar con Dumbledore para preguntarle si le parece oportuno examinar el collar.

-Perfecto- dije abriendo la puerta- profesora...

-¿Si?

-Cuando esté segura de que me lo puedo poner, ¿podría dármelo? Me a gustado mucho el collar.

-Por supuesto- me di la vuelta para irme, pero ella me paró- ah, señorita- dijo y yo me giré y vi que me estaba dando algo- puede quedarse con la nota.

-Gracias.

Salí de allí y me dirigí a la sala común donde me encontré con Hermione.

-¿Vienes a cenar?- me dijo- dime que no sigues enfadada por lo de la escoba por favor.

-No estoy enfadada- dije con una sonrisa- y sí, vamos, entrenar siempre da mucha hambre.

Mi historia de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora