We're a What?!

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Narra TN

Ya habían pasado unos cuantos días desde que aparecieron las cartas de mi hermano y mía, y en ese tiempo pasaron unas cosas muy extrañas. Al día siguiente de que mi tío nos quitara las cartas nos enviaron otras y mi tía decidió (así de la nada) que mi hermano y yo compartiríamos el antiguo cuarto de Dudley, con lo cual ahora mi hermano y yo dormimos en la misma habitación en una litera (yo arriba por supuesto). Aparte de esto, siguieron apareciendo más cartas, cada día más, pero nuestro tío las quemaba y nunca pudimos coger ninguna carta.

Hoy ya era domingo y mi hermano y yo estábamos en la sala sirviendo el té a mi tío y tía.

-Domingo- decía mi tío- ¡Qué maravilloso día! ¿No creen? ¿y sabéis por qué?

-Por que hoy no hay correo- dije yo de mala gana.

-¡Exacto! Muy bien Tn, al final vas a ser lista y todo- que asco le tengo a mi tío enserio.

De un momento a otro empezaron a salir cartas por la chimenea, pero no una ni dos, si no que cientos de cartas. Todos dejamos de servir o tomas el té. Mi tía y Dudley gritaban horrorizados, mientras que mi hermano intentaba coger una carta de las que caían del aire, ¿enserio tengo un hermano tan tonto? Quiero decir, hay muchísimas cartas en el suelo y el tiene que intentar coger una del aire ¿en serio? En fin, yo cogí una del suelo y me la fui a llevar a mi cuarto, pero mi tío me cogió, me quitó la carta y me metió en la alacena junto con mi hermano (nos metieron ahí por que por fuera tiene cerradura y nos podían encerrar). Al cabo de una media hora (en la cual mi hermano y yo nos asfixiamos por que casi no entrabamos) nos sacaron fuera. Ya no había ni una sola carta en el suelo, las habían recogido todas.

-¡Se acabó! Vosotros dos hacer las maletas ahora mismo, ¡nos vamos!- Mi tío estaba furioso

-¿Pero a dónde nos vamos a ir Vernon?- mi tía no parecía muy de acuerdo.

-A un hotel, allí no nos podrán enviar cartas.
Y dicho y hecho, en unas horas todos estábamos en el coche camino a un hotel de no se donde. Nada más llegar nos acomodamos y cenamos en el bufet del hotel, pero lo que pasó al día siguiente arruinó todos los planes de mi tío.

Estábamos cenando cuando una empleada se nos acercó

-Perdone, ¿son ustedes Harry y Tn Potter?- nos preguntó la empleada.

-Si, ¿sucede algo?- mi tío esperaba que le dijeran que nos habíamos portado mal, estaba deseando castigarnos.

-No, no sucede nada, es simplemente que les ha llegado unas cartas- Ya está ¿os podéis imaginar la cara de mi tío ¿no?

-¿U-unas qué?- mi tío estaba rojo de la ira.

-Unas cartas señor, tenemos como unas 100, llegaron esta mañana.

-¡Ya está! Nos vamos, para mañana no estamos aquí- mi tío se había levantado de la mesa y la mayoría de la gente nos miraba.

-Perdone señorita, no es culpa suya, está un poco alterado nada más- mi tía intentaba explicarle a la dependienta que se había quedado alucinada.

-D-de acuerdo, si me necesitan estoy en recepción- la chica se fue.

<< después de unas horas >>

Estábamos en una... ¿casa? Bueno si es que se le podía llamar casa. Estábamos en una "casa" en medio del mar (estaba bastante adentro del mar), en una roca. Cuando llegamos todos nos quedamos estupefactos, menuda mierda de sitio.

-Es lunes, hoy dan mi programa favorito, necesito verlo, asique necesito una tele- cuando mi primo le dijo esto a mi tía mi hermano y yo nos miramos, si hoy era lunes significaba que mañana era martes y que era nuestro cumpleaños. Ya sabíamos que no íbamos a tener un cumpleaños como la gente normal, pero esperábamos que por nuestro cumpleaños estuviéramos en casa y no en ese sitio mohoso.

· · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · ·

Ya era de noche, todos estaban durmiendo, mis tíos en sus camas y mi primo en el sofá del salón, mientras mi hermano y yo estábamos despiertos en el suelo del salón. Estábamos hablando muy bajito para no despertar a nadie.

-Un minuto hermanita- me dijo Harry mirando el reloj de Dudley.

-Corrección, 30 segundos- le dije riendo.

-3, 2, 1... ¡Felicidades TN!- mi hermano dijo eso lo más bajo que pudo pero con mucha ilusión.

-Felicidades a ti tam...- no pude terminar la frase por que alguien empezó a dar golpes a la puerta.

-¡¿Qué ha sido eso?!- mi tía venia detrás de mi tío.
De repente la puerta se calló y un hombre de unos dos o tres metros de altura apareció detrás de ella.

-¡Valla! Cuanto lo siento- cogió la puerta y la colocó en su sitio- ¿Me podrían poner una taza de té? Hay afuera hace un frio de muerte, es que hay tormenta.- Nadie se movió- ¡Harry! Si que has engordado, cuando te traje eras una bebe muy pequeño- el señor se estaba dirigiendo a mi primo, que por lo visto creía que era mi hermano.

-Y-yo no soy Harry- le dijo mi primo.

- Soy yo- le dijo mi hermano.

-¡Pues claro! Como no me he dado cuenta. Y ¡TN! Que guapa estás, habéis crecido mucho.

-Perdone pero.. ¡¿Quién demonios es usted?!- le pregunto Vernon.

-Es verdad, que modales, me llamo Rubeus Hagrid y soy el guardabosques de Hogwarts, y antes de nada, tengo un regalo para vosotros dos, perdón si está un poco aplastada.- Hagrid se sacó una caja de un bolsillo y nos la dio. Cuando la abrimos vimos una tarta que ponía "Feliz cumpleaños".

-¿Para nosotros?- le dijimos mi hermano y yo a la vez, en ese instante sentí una alegría inmensa, nunca me habían regalado nada por mi cumpleaños y también sentí algo raro, no sabría como describirlo, pero mi tía pareció notarlo por que pegó un grito.

- ¿Pasa algo?- le pregunte, mi cara pasó de estar alegre a estar seria.

-No, no- dijo ella.

-Buen en fin, he venido para entregaros vuestras cartas de Hogwarts, por que como imagino, vuestros tíos no os las han dado.- nos dijo el guardabosques.

-¿Esas cartas eran de Hog-hog.. qué?- le preguntó mi hermano.

-Hogwarts, supongo que ya lo sabréis todo de Hogwarts ¿no?- nos pregunto Hagrid.

-¡NO! Y ni falta que hace- era la primera vez que Vernon daba señales de saber de que iba la conversación.

-¿Cómo que no?- Hagrid parecía muy confuso- ¿no sabéis nada de nada?, supongo que por lo menos sabréis como murieron vuestros padres.

-Si, murieron en un accidente de coche cuando nosotros solo teníamos un año- le respondí yo.

-¡¿En un qué?! ¡Como se atreven!- ahora el Hagrid se dirigía a mis tíos- ¡que insulto es ese para la memoria de los Potter!- el guardabosques estaba muy enfadado- Chicos, vuestros padres fueron asesinados por un mago tenebroso- parecía triste al decir esas palabras.

-Espera espera, ¿por un qué?- creo que le había entendido mal.

-Por un mago tenebroso, es una pena lo sé, vuestros padres eran muy buenos magos.

-¿De que estás hablando? Nuestros padres no eran magos, la magia no existe- le dijo mi hermano, y Hagrid parecía muy confuso.

-¿A no?- se dirigió a la chimenea, la apuntó con su paraguas y de repente se encendió el fuego.

-¿Qué a sido eso?- mi hermano (al igual que yo) estaba alucinando.

-Eso mis queridos Potters, ha sido magia y vosotros también podéis hacerla, por que sois magos, bueno TN una bruja pero es lo mismo, solo que en femenino o masculino- Harry y yo nos miramos.

-¡¿Qué somos qué?!- le dijimos a la vez.

Mi historia de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora