Callejon Dia... que?!

75 7 4
                                    

Narra TN:
Ya había pasado un día desde que Hagrid vino y nos explicó todo sobre Hogwarts y sobre la magia, al principio no nos creíamos nada hasta que nos recordó que nosotros no éramos normales, que nosotros podíamos hacer cosas que otros niños no podían. Y eso era verdad, en el colegio siempre nos habían tomado por bichos raros, y no teníamos ningún amigo, bueno, yo sí, la verdad es que soy un poco más sociable que mi hermano, pero aun así solo tenía una amiga.

Ahora estábamos esperando a que Hagrid viniera (ya estábamos en Privet Drive), por que ayer nos dijo que vendría y nos acompañaría a comprar todo lo necesario para ir al colegio.

De repente tocaron a la puerta y tía Petunia abrió la puerta.

-Hola chicos- nos saludó Hagrid- nos vamos, tenemos mucho que comprar.

Después de decir esto nos fuimos de casa y nos dirigimos al metro.

-Ehhh... Hagrid- le dijo mi hermano.

-¿Si?- parecía concentrado.

-¿No crees que vas a llamar un poco la atención?

-¿Po qué?

-Pues por que mides el triple que los demás- le dije yo riendo.

-Bueno no pasa nada, vamos entrar a la cosa esa.

-Te refieres al metro ¿no?- le pregunté yo.

-Si si a esa cosa.- mi hermano y yo no pudimos evitar reírnos.

Después de un rato bajamos del metro y yo caí en la cuenta de que en Londres no existe ningún lugar para comprar cosas mágicas.

-Hagrid, ¿Dónde se supone que vamos a comprar todas estas cosas?- le pregunté mirando la lista de los utensilios.

-Eso mismo me he preguntado yo, ¿Dónde vamos a comprar todo esto?- le preguntó mi hermano.

-Vosotros tranquilos que yo sé perfectamente a donde tenemos que ir.- nos tranquilizó Hagrid.
Al final llegamos a un bar cuando entramos había mucha gente.

-¿Lo de siempre Hagrid?- le preguntó el dueño.

-No no, hoy vengo por asuntos de Hogwarts.- dijo señalándonos a mí y a mi hermano.

-¡¿Esos son los Potter?!- preguntó un hombre de por ahí cerca.

De pronto todos se acercaron y empezaron a darnos la mano, sobre todo a mi hermano.

-Es un honor conocerle señor Potter, y a usted también señorita Potter.

Nosotros no entendíamos nada.

-Bueno ya vale, nos vamos.- dijo Hagrid llevándonos a la parte trasera del local.

A continuación le dio unos toques a la pared con su paraguas y la pared se abrió por arte de magia, nunca mejor dicho. Entramos en esa calle y vimos muchas tiendas, pero no tiendas normales, si no que tiendas raras y maravillosas.

-Hagrid no tenemos dinero- mi hermano tenia razón, no teníamos dinero, asique no podíamos comprar nada.

-¿No creeréis que vuestros padres os dejaron sin dinero no? Vamos a Gringotts, ahí esta vuestro dinero.

Fuimos a ese sitio y la verdad que era precioso. Cuando llegamos a la cámara en la que estaba nuestro dinero se nos iluminó la cara, no por la emoción, si no por que la poca luz que había resplandecía en las monedas de oro y nos daba en la cara. Luego Hagrid cogío otra cosa en otra cámara pero eso da igual, aunque me habría gustado saber que era, soy muy curiosa.

-Ahora iremos a compraros el uniforme, yo voy a dar una vuelta, detesto los carros de Gringotts, me marean mucho. -Dicho esto Hagrid se fue y nosotros entramos en la tienda que nos indicó.

Mi historia de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora