You've Got The Love [2] ||Sirius Black||

14

"Cuando vi las señales debí dejarte ir,
pero te mantuve a mi lado".

...

Ya a pasado algunas semanas del incidente con Sirius, ya fue el banquete de Halloween y todo este tiempo a sido incomodó, creo que los dos llegamos a un punto de parecer lo más normal que podamos. Cuanto trato él de hablar las primeras veces conmigo huí, se que tendré que afrontarlo en algún momento, pero no deseo hacerlo todavía, no tengo ninguna idea clara. Para su cumpleaños solo lo felicité y me fui, creo que fue bastante incómodo y al parecer algunos lo notaron.

—Ophelia, Ophelia — oigo decir a John, está junto a mi.

—¿Ah?— pregunto mirándolo.

—¿Estás aquí en hogwarts o en otro mundo?—pregunta sonriéndome.

—Estoy aquí—asiento con la cabeza.

—¿Deseas hablar sobre algo?—pregunta mirándome.

—Si, pero después —sonrió, bajo mi mirada y desaparece la sonrisa de mi rostro.

—No puede ser —veo como John observa la hora en el reloj de la sala—Tengo que entregar el trabajo para historia de la magia.

—No llegues tarde —le sonrío, él asiente con la cabeza.

—Te quiero Pe, te veo luego — besa mi mejilla, se pone de pie y sale por la puerta de la sala común con su trabajo en la mano.

Suelto un suspiro y observo mis manos, agradezco que los deberes me mantengan ocupada.

—¿Que haces tan sola, O?—pregunta James tomando asiento junto a mi.

—John acaba de irse hace un momento—lo miro, veo como me observa.

—Conozco los dos lados perfectamente, e notado lo que pasa —dice mirándome.

—¿Que?— pregunto algo sorprendida.

—Entre tu y Sirius —dice, yo solo lo observo perpleja—A Sirius lo conozco hace años, diría que es a la persona que mejor conozco en mi vida, y tu crees que no e aprendió a conocerte Ophelia, pero lo e hecho y se cuando ocurre algo.

—James —solo digo mirándolo.

—No conozco tu mente, pero lo que haya ahí dentro tienes que resolverlo Ophelia —me mira—Siempre hay respuestas.

—Yo...—trato de decir.

—Ophelia —es Ross que me interrumpe, acaba de aparecer—¿Estás ocupada?.

Miro a James y luego lo miro a él.

—No— le sonrió a Ross.

—¿Quieres ir al campo de Quidditch conmigo?—pregunta con una sonrisa, asiento con la cabeza.

—Adios James, te veo luego —lo miro, él no dice nada.

Me pongo de pie y me acerco a él, Ross me da un rápido beso y me abraza, caminamos abrazados hacia el campo de Quidditch.

—¿Que te parece que el equipo siga manteniéndose?—pregunta mirándome mientras caminamos hacia afuera.

—Genial, todos son buenos —le sonrió a Ross.

—Eres la chica más increíble del mundo ¿lo sabes?—me sonríe.

—No, no lo se — niego mirándolo.

—Lo eres— me apega más a su cuerpo —Me gustaría tuviéramos planes al salir de aquí, podría jugar en el equipo de Quidditch del...

Estoy enamorada de Ross, él merece que lo esté.

Llegamos al campo de Quidditch, tomo asiento en las altas gradas mientras veo cómo él da vueltas en su escoba.

Él me sonríe desde allá, yo solo lo observo.

Ross no es una mala persona.

                                    (...)

Todavía estoy con Ross en el campo, ya es casi de noche entonces ya es hora de que volvamos al castillo para cenar. Bajo de las gradas y voy hacia donde está Ross, él baja de su escoba y juntos caminamos hacia el lugar donde se guardan, al llegar hay muchas escobas, reconozco la de Sam. Ross cierra el compartimiento y se acerca a mi.

—Eres hermosa Ophelia —me mira, acaricia mi mejilla con su pulgar para enseguida besarme.

Nos besamos por bastante tiempo, pero al parecer va subiendo la intensidad, puedo sentir como su mano bajar hasta abajo, él comienza a quitarse su chaleco, pero yo no puedo seguir, no puedo, él está en mi mente.

—Ross—digo separándome de él con la respiración agitada —Lo siento, pero yo no estoy...

—Está bien, lo entiendo —dice pasando una mano por su cabello,  él se coloca su chaleco—Lamento si me apresure.

—No, tranquilo—suelto un gran suspiro.

Juntos caminamos de vuelta al castillo, pero ninguno dice ninguna palabra en el camino.

Al entrar al castillo caminamos juntos hacia las escaleras.

—Ophelia —Es John desde el otro pasillo.

Miro a Ross.

—Te veo mañana— digo, él asiente con la cabeza.

—Todo bien?— pregunta John cuando está junto a mi.

—Quisiera que si —digo, lo abrazo —Mi mente es un lío.

—¿Cuando no lo a sido?—pregunta sonriéndome—Trata de contarme todo y lo arreglaremos.

Abrazamos caminamos hacia el gran salón.

—No se que quiere mi corazón —digo, John se detiene y me mira.

—Tendrás que descubrirlo, O—me mira.