CAPITULO DOS⌫

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El regreso a Hogwarts.

Primero de septiembre.

Había pasado un mes y algo desde que Adhara había ido a Gringotts.

Y se la pasó todo ese mes, o en la biblioteca, o en una habitación de duelo que hay en la mansión para practicar nuevos hechizos y sus poderes.

Entonces, ahora estaba en la estación King Cross en la plataforma 9¾.

Había poca gente, por qué había llegado temprano, y eso era justo lo que quería.

Aunque de las pocas personas que habían, la mayoría la estaban viendo.

Adhara supuso que nadie la reconoció por qué no estaba con los Weasley, y que solo la veían como a alguien sangre pura y rica.

Y es que eso se veía a simple vista. Adhara estaba vestida con ropa muy cara, y desde que Gringotts le quitó los bloqueos, había constantemente un aura de poder al rededor de ella.

Y ni hablar de su belleza, parecía sacada de un cuento de hadas.

Adhara supuso que la veían por eso.

Entró a la locomotora escarlata, y fué al fondo, en un compartimento vacío, dónde nadie la molestaría.

Se sentó, puso bloqueos en la puerta, para que nadie pueda entrar, y sacó un libro de su bolsillo. Que tenía un encantamiento de expansión indetectable y peso pluma.

Ya en el Gran Comedor, se sentó sola. Aunque sentía varias -bastantes- miradas en ella. Supuso que era por su nuevo aura de poder y su belleza.

Yendo a su sala común, se le atravesó un pelirrojo molesto. Ronald Weasley.

-¿Donde estuviste todo el verano? Seguro te fuiste con tus amigos serpientes y sus papás mortífagios-. Exclamó con desagrado.

- Bueno, Ronald. No es muy inteligente lo que acabas de hacer. Estas en un pasillo, sin ninguno de tus amigos leones, a solas conmigo, y encima insultas a mis compañeros, a ellos y a sus padres-. Dijo Adhara con sorna.

Parece que en ese momento Ronald cayó en cuenta que no había nadie respaldándolo, que solo estaba el y Adhara, y que Adhara lo podría vencer fácilmente.

Los ojos de Ron adquirieron un brillo de temor, y su postura de cobarde daba a entender que tenía miedo.

Con un simple movimiento de muñeca, Ron se estrelló contra la pared, y su cabeza rebotó contra esta. Quedando inconsciente.

Cuando Adhara llegó a la sala común, esta estaba llena de personas, que parecían esperar algo.

Parada en medio de la sala común, se le acercó un chico de séptimo año.

-Traidora de la sangre, ¿A quien robaste esa túnica? Se ve nueva. Y todos aquí sabemos la situación de los Weasley-. Todos en la sala común rieron, menos cierto grupo.

Adhara, harta de lo de siempre, se acerca al chico, quedando a unos dos metros, levanta el brazo con la mano extendida, y la cierra en un puño.

Automáticamente, el chico se queda sin respiración, se agarra el cuello, desesperado, tratando de que le llegue aire a los pulmones.

Se cae al piso, y mira a Adhara con una clara súplica en sus ojos.

Adhara rueda los ojos y abre el puño, automáticamente el chico empieza a respirar ruidosamente. Y se va corriendo.

Adhara Weasley [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora