Capítulo I- El comienzo de algo

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Mira, yo no quería vivir esto.

Si estás leyendo esto porque crees que podrías estar en la misma situación, mi consejo es éste: cierra donde estés leyendo esto inmediatamente. Créete la mentira que tu padre y tu madre te contaron sobre la vida, e intenta llevar una vida normal.

Ser adolescente es peligroso. Asusta. La mayor parte del tiempo solo sirve para que sufras de manera horrible y dolorosa.

Si eres alguien que aún no llegó, que está leyendo esto porque crees que es ficción, fantástico. Sigue leyendo. Te envidio por ser capaz de creer que nada de esto sucederá.

Pero si te reconoces entre estas palabras, si sientes que algo se remueve en tu interior, deja de leer al instante. Podrías ser uno de nosotros, y en cuanto lo sepas, solo es cuestión de tiempo de que ellos también lo sepan, entonces irán a por ti.

No digas que no te han advertido.

 ***


Me llamo Newt Baker.

Tengo quince años. Hasta hace unas horas disfrutaba de las vacaciones de verano que me dan los jefes directivos de la academia Yansen Ezquiel, en un pueblo de Segovia.

¿Soy un niño con problemas?

Sí.

Podríamos llamarlo así.

***


A veces pienso en si merece la pena levantarme o quedarme inmóvil para siempre. Sobre todo hoy.

Abro los ojos y miro la silueta del despertador que tengo en la mesilla de noche a mi derecha. Aún no ha amanecido ya que solo veo oscuridad.

Saco la mano izquierda de entre las caliente y cómodas sábanas para alcanzar el reloj que produce su incesante TIC-TAC infinito.

Pulso su botón superior y una luz cegadora me obliga a cerrar los ojos. Abriéndolos poco a poco para que se acostumbren a la repentina nueva fuente de luz, mantengo pulsado el botón para que la bombilla no se apague.

Cuando consigo enfocar la vista a las manecillas giratorias, tardo unos momentos en procesar la hora que estoy leyendo.

Las ocho menos diez.

Vuelvo a meter el brazo izquierdo en la cama y cierro los ojos. Hoy solo me apetece dormir, pero ese deseo no dura mucho porque unos fuertes pisotones se aproximan a mí. Y eso solo significa una cosa.

-¡Buenos díiiiiiiiiiias Newt! ¡Ya es de díaaaa! Levántate de la cama y ayuda a hacer el desayuno a mamá.

-No quiero -respondo acurrucándome aún más en mi pedacito de cielo llamado cama-.

-¡Que te levantes pedazo de vagooo! -dice mientras se sienta encima de mí y me menea como si fuera un muñeco de trapo.- Como no te levantes te subo la persiana del balcón ehh.

-Esther Baker, ¿no tienes a nadie más a quién molestar a las ocho de la mañana? Te juro que como hagas eso te tiro por él y te comes el suelo -contesto todavía tumbado-.

-¿Que no me atrevo dices? -me dice mirando mi cara adormilada

Pasan unas décimas de segundo para pensar lo que va a ocurrir mientras ambos mantenemos la mirada fija el uno al otro.

Entonces, rápida como una serpiente, se giró para abrir el balcón, pero yo velozmente la agarré inmediatamente de la muñeca para que no la diera tiempo a correr para subir la persiana.

-¡Mamáaaaa! ¡Esther no me deja dormir en paz! -grité mientras ella forcejeaba para librarse de mi agarre- ¡Dile que se vaya!

Oí a nuestra madre subir las escaleras para llegar al piso de arriba, donde se encuentran los dormitorios, y apareció por el largo pasillo con expresión de enfado.

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