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Esto pintaba mal, no quería que ellos pelearan pero tampoco comprendía el porqué lo harían...

– ¿Qué tal si vamos a tomar algo? – Interrumpí a ambos. – Se que no deberíamos pero una copita de algo no nos vendría nada mal.

Sujeté a ambos de las manos y los llevé a las mesas de comida y bebida.
Decidí tomar algo que creía que no me afectaría...creía.

10 minutos después estaba riéndome de no sabía que cosa mientras que mis 2 amigos me miraban confusos.
De un momento a otro Dan desapareció de mi vista y me quedé sola con Luka.

– T/n, ¿quieres que avise a Marinette? – Preguntó y yo negué con la cabeza. – Bueno, ya que monte acordarás de nada...

Luka estaba rojo a lo que me reí.

– Mira! Eres una manzana – Dije a tal punto que lloraba de la risa. – Una manzana con piernas y brazos!

Él ignoró la estupidez que dije y se acercó a mi a un punto en el que nuestras respiraciones se mezclaban.

– T/n...creo que realmente te amo. – Susurró con timidez.

– Yo también te amo, manzana. – Tras aquello me lancé a besarle.

Tenía unas ganas terribles de hacerlo pero el gato vino a interrumpir junto a Dan y Mari.

– Es hora de irse a casa, prrincesa – Dijo Chat separándonos.

– Luka, vete a casa, yo la cuido. – Habló ahora Dan algo enojado.

– No, es mi compañera y amiga, la cuido yo. – Sentí como me tiraban del brazo, era Marinette.

En lo que menos me di cuenta Chat, Mari y yo ya estábamos caminando por la calle camino a casa.

– ¿Se puede saber que tomaste? – Preguntó ella

– Una copita de...Algo – Reí. – Gatito~

– No hay gatitos, tienes que descansar. – Se quejó él.

Me enojé tanto que me separé de ambos y me fui a cualquier lado, no tenía rumbo fijo.

Acabé sentada en un banco.

El aire frío de la calle hizo que la borrachera que tenía encima disminuyera.

Un dolor de cabeza apareció haciéndome encoger en el Banco.

– Hm...Me voy a morir– Me quejé por lo alto.

Alguien tocó mi hombro, era Dan nuevamente.

– ¿Estás bien? – Se sentó junto a mi.

– Si por estar bien le llamas a que te duela la cabeza Incontrolablemente...Si – Le miré sería.

– A eso se le llama resaca. – Explicó. – Eso te pasa por beber.

– Ya lo se. – Le di un leve empujón.

–Te deben estar buscando además, tienes que cambiarte y descansar. – Me dijo ayudándome a levantarme.

Aquél guitarrista. Luka y tú (2ª Temporada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora