¿Por qué no puedes?

Capítulo 40: ¡Lucha por la Tierra!

Hoy fue el día. Cada segundo del día lo había pasado preparándolo física y mentalmente para esta batalla. Hoy decidiría si sería suficiente... y Vegeta estaba emocionado. En el momento en que terminó su segundo viaje, pasó el resto de su tiempo dentro y fuera de la máquina de gravedad. Llevó su cuerpo, sus músculos y su mente al límite y se permitió disfrutar de una sola noche con la mujer que le había robado más que su cordura.

Karat, la maldijo mentalmente. ¿Por qué pensaba en ella ahora más que nunca? ¿Fue porque este podría ser el final? ¿Fracasaría y terminaría en otro mundo separado por los límites del bien y del mal? Odiaba pensar eso. Mientras vivieran, él no la dejaría ir. Ella era suya y nadie la alejaría de él. Ni Cell, ni sus amigos, y ni siquiera el Dragón Eterno le impediría tener lo que era suyo.

"Ya pareces emocionado, Vegeta." Bulma comentó entrando a su habitación con Trunks retorciéndose. Vegeta miró al bebé con un leve ceño y luego a la mujer.

"¿Qué deseas?" Vegeta preguntó deslizando sus botas en su lugar y luego tomó sus guantes.

"Solo quería desearte buena suerte". Bulma dijo rebotando al bebé mientras él se quejaba. "Trunks ya se fue para encontrarse con los demás." Se mordió el labio e inclinó la cabeza. "Escucha, Vegeta, sé que han pasado muchas cosas." Observó cómo se ponía el guante y lo colocaba en su lugar. "Sé cómo te sientes, Rikku." Su mano se congeló en su lugar y ella le dio la espalda por completo. "Solo sé, que a pesar de todo, todavía me preocupo por ti. No quiero que te lastimes".

Permaneció en silencio por un momento. Demonios, quería alejarla de un empujón y dirigirse a la batalla sin siquiera despedirse. Sin embargo, su voz tiró de sus entrañas y gruñó de frustración. ¿Qué tipo de control tenía este humano sobre él? "Dudo que Karat me deje dar un solo golpe. Así que dudo que tengas algo de qué preocuparte".

Eso hizo sonreír a Bulma. Conocía a Rikku demasiado bien. "Eso es cierto. Solo prométeme que te cuidarás." Ella miró al bebé en sus brazos. "El chico del futuro era un hombre que había vivido sin la influencia de su padre. Me gustaría pensar que podrías tener una buena influencia en tus dos hijos. Me gustaría que vivieras para poder averiguarlo".

Con una sonrisa de satisfacción, se dio la vuelta y colocó una mano sobre la cabeza de su primogénito. "Entonces tengo una solicitud." Las palabras eran como sal en su lengua y trató de evitar que su rostro se arrugara. "Este puede ser mi mayor, pero solo es medio saiyan. Su hermano es un saiyan de pura sangre". Se cruzó de brazos y frunció el ceño por completo. "Si me pasa algo, quiero que te asegures de que no se quede atrás. No reconoceré a un hijo que deja que cosas como ser mestizo le impidan alcanzar su meta".

Bulma pareció sorprendida por un momento. ¿Este Vegeta estaba tratando de estar cerca de su hijo? "Está bien ..." sonrió. "Sí, lo prometo." Ella golpeó suavemente su hombro. "Lárgate de aquí... Príncipe Vegeta."

Fue un día de esperanza, y un día de nos vemos más tarde. Rikku se negó a usar la palabra "adiós", porque era demasiado definitiva. Quería creer que vería a todos después de que todo esto terminara. Gohan ya estaba en el puesto de vigilancia con Dende y Krillen y Rikku se preparó para irse besando a Goten en toda su cara haciéndolo reír. "Mmm ya te extraño." Se lo entregó a Milk y le hizo cosquillas a su hijo. "Se bueno." Ella mira a Chichi. "Trata de no causarle demasiada pena a Milk".

"Oh, tonterías Rikku," Chichi rebotó a Goten mientras alcanzaba a su madre. "No será ningún problema en absoluto."

"Es cierto, es un buen chico". Ella le pasó un dedo por la mejilla. Goten se llevó el dedo a la boca y lo acarició como una botella. "Te lo prometo, pequeño Goten, me aseguraré de que el resto de tu vida esté en paz. Cell no destruirá mientras yo esté vivo y respirando".