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El día había comenzado con los señores Kim despertando a su hijo, SeungMin, quien en ese 22 de septiembre se encontraba cumpliendo sus veintiún años de edad. El tiempo había corrido a su favor, pues lograron camuflar el verdadero reloj de Seung y, en cambio, tanto familiares como allegados habían sido informados de que el menor de la familia viviría hasta los sesenta y cinco.

—Feliz cumpleaños— manifestó SooAh, la madre, al mismo tiempo que YooHan, su esposo, sostenía la cámara fotográfica.

Era tradición que en cada aniversario de vida, los miembros de la familia despertaran al festejado y le tomaran la primera foto del día. Una costumbre que nunca faltaba. Es por ello que los progenitores y la hermana mayor yacían casi que sobre SeungMin, agasajándolo con abrazos y palabras lindas.

—Mi hijo ahora sí es un adulto reconocido por la ley— alabó el señor Kim.

—Ya está tan grande que ni siquiera quiere pasar su cumpleaños con nosotros— fue el turno de hablar para la primogénita, YeEun—. Ya somos tan aburridos para él que hasta decidió irse con su súper amigo, Felix, esta noche.

SeungMin rió al notar los celos de su hermana, así que abrió sus brazos en señal de querer un abrazo, el cual se le fue dado de manera inmediata.

—Noona, todas mis celebraciones las he tenido con ustedes. Por primera vez saldré solo con mis amigos; además, papá y mamá me dieron permiso con antelación.

Y sí, a pesar de ser mayor de edad, SeungMin tenía que solicitarle autorización a sus padres cuando deseaba ir a algún sitio que ellos no conocieran. A cualquier muchacho normal esto le parecería absurdo, pero para esta familia no lo era, más cuando debían proteger al menor de cualquier zona que representara peligro a su integridad. Nunca se sabe cuándo y en dónde aparecería alguien dispuesto a arrebatar su reloj.

—Bueno, cielo. Ve a alistarte y baja a comer tu desayuno especial —indicó SooAh—. Estaremos en el comedor esperando por ti.

—De acuerdo, mamá —fue lo último que dijo Seung antes de ver a su familia desaparecer por la puerta.

Después de quedar de nuevo en el silencio de su habitación, se acostó una vez más y agarró su celular. En el aparato ya figuraban múltiples felicitaciones de sus compañeros de carrera, amigos y uno que otro primo; no obstante, la aparición que esperaba con ansias ocurrió cuando el teléfono inició una serie de vibraciones, alertando la llegada de una llamada.

—¿Aló? —contestó Seung.

—¿Cómo amaneció el mejor cumplimentado de Corea del Sur? —contraatacó una enérgica voz al otro lado de la línea.

—¡Felix! —soltó con alegría.

—Feliz cumpleaños, Minnie. Te quiero demasiado.

—Has sido el primero en llamarme.

—Obvio que lo soy. Ahora apúrate y baja porque quiero desayunar.

El Kim se incorporó con brusquedad.

—¿Estás en mi casa?

—Afirmativo. Estaré pegado a ti por el resto del día.

Y al fondo de esa confirmación se escuchó claro a su hermana mayor ordenándole que se bañara, a lo que SeungMin salió disparado a cumplir con máxima motivación. Y es que, cuando se trataba de su mejor amigo, se podría despertar hasta de la mismísima muerte.



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⏰ Última actualización: Jan 26, 2021 ⏰

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