Quédate a mi lado

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Nota: ¡Hola! Volví con otro pequeño oneshot, y deben de saber que este no tiene nada que ver con el anterior, se podría decir que es una historia diferente ^^

La tarde tranquila en la secundaria Ye Ran volvía la atmósfera de los estudiantes cálida y pacífica. Los jóvenes disfrutaban de la luz del día soleado, que a la vez atravesaba las cortinas de la oficina del director. Frankenstein, quien estaba sumido en harto trabajo, se quitó los lentes para masajear el puente de su nariz. Tantas cosas habían pasado últimamente que su cuerpo y mente comenzaban a estresarse.

Pero no todo era malo, después de que Raizel despertara el poder oculto de M-21 y Tao y Takeo se unieran a petición del peligris, la escuela tenía mucha más protección sobre los estudiantes, de esa forma, podía respirar tranquilo sabiendo que sus niños no corrían peligro. La misma situación se repetía al contar con Regis y Seira, que al estar alrededor de Raizel evitaban que el noble gastara su poder de manera innecesaria.

Todo marcaban bien hasta en esos momentos, sentía un gran alivio al saber que ninguno de sus estudiantes y amigos de Raizel, estaban siendo amenazados por rufianes, pero también, sentía un gran alivio al ver que su Maestro disfrutaba plenamente de la escuela y el mundo humano en general. Todo marchaba bien excepto una cosa, y era que aún después de 800 años, la incomodidad en su pecho seguía allí.

Antes de la desaparición de Raizel, los sentimientos de Frankenstein habían florecido hacia el noble, y aunque no quisiera ser obvio, algunas de sus acciones demostraban el evidente interés de segundas intenciones. La atención y el exceso de preocupación que le tenía a Raizel, hicieron que este terminara por enterarse.

"Lamento no corresponder tus sentimientos adecuadamente"

Eso fue lo que le dijo en aquel entonces. Pero Frankenstein lo aceptó. Aceptó el rechazo porque al menos estaría a lado de su Maestro, y poco importaba si eso dolía. Después de aquella situación incómoda, Frankenstein se prometió a sí mismo tratar de deshacerse de toda clase de sentimientos mundanos, tratar de extinguir cada pizca de amor y cariño que sentía hacia él. Más sin embargo, le resultó imposible hacer semejante acto. Ni en un millón de años podría erradicar por completo el afecto que alguna vez desarrolló hacia el noble.

Lo único que pudo hacer en ese entonces, fue adaptarse y aceptar el hecho de que jamás tendría otra clase de relación que no fuera la de "Sirviente-Maestro".

Y eso era suficiente para Frankenstein.

No obstante, lo que su corazón en definitiva no pudo soportar, fue el golpe cruel de la realidad ante la espontánea desaparición de Raizel. No había rastro alguno de su paradero en aquellos momentos, y eso provocó que una mezcla de sentimientos negativos se apoderara de él. Sentimientos como ira, tristeza, rencor, furia, todo ese pesar, convirtieron al humano en una calamidad andante.

Frankenstein comenzó a desconfiar de todo ser vivo en el planeta Tierra, desconfiaba de los nobles, humanos, lobos, de cualquiera que se interpusiera en la búsqueda de Raizel, hasta incluso de su propia sombra.

Se podría decir que por poco se convierte en el humano desalmado que alguna vez fue, pero por fortuna pudo controlarse así mismo al recordar la promesa que le había hecho al Maestro, no dejarse llevar por la oscuridad de sus poderes.

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Finalmente después de un largo día, Regis y Seira tuvieron que escoltar a los chicos de regreso a casa. Frankenstein cansado del desorden le pidió al trío que limpiaran el desastre de la mesa y al finalizar lavaran los platos. A veces el rubio pensaba que estaba aprovechándose de la situación, pero de alguna forma tenían que pagar por la hospitalidad y amabilidad de Raizel y suya también.

De repente se percató que su Maestro no se encontraba en la sala como solía acostumbrar, estaba en el balcón mirando el cielo estrellado, a la vez que contemplaba la luna resplandeciente. No quiso interrumpir su paz, por lo que simplemente se quedó en silencio parado en el marco de la puerta.

Pero al parecer había fallado, pues por obviedad Raizel había sentido su presencia.

―Frankenstein ―llamó.

―Si, Maestro ―el rubio avanzó unos pequeños pasos quedando a tan pocos centímetros detrás.

―La Luna brilla.

Frankenstein dirigió su mirada hacia el cielo, tratando de admirar también la belleza del satélite.

―Frankenstein ―llamó una vez más, pero el humano no respondió, esperó escuchar simplemente la orden o petición que le asignara.

―Tú... ―Raizel dirigió la mirada hacia su sirviente, y el corazón de este casi se detiene por haber visto la imagen más preciosa en toda su larga existencia. La luz de la Luna caía sobre el cuerpo de Raizel, y eso hacía que los ojos del noble brillaban con más intensidad de lo habitual, su piel blanca hacia contraste con su cabello negro. Era la perfección en ojos de Frankenstein ―¿Aún tienes sentimientos hacia mí?

Esa simple pregunta hizo que la burbuja en la que se había metido explotara con tan solo un pequeño toque. En definitiva, no era algo que se esperaba, no de manera tan repentina. Pues ya que aún después de tanto tiempo de haberse reencontrado, jamás habían vuelto a tocar ese tema, no hasta ahora.

Frankenstein quiso hacer obvia la respuesta quedándose en silencio y bajando la mirada. Raizel frunció el ceño con pena y optó por no hacer ningún comentario, tomando el silencio de su sirviente como una respuesta afirmativa.

―Ha pasado tanto tiempo ―dijo mirando las luces de la ciudad ―. Los humanos han avanzado muy rápido.

Raizel pareció querer decir algo más, pero el silencio ganó la palabra y ahora ya no había ninguna comunicación, hasta después algunos segundos largos, fue que el noble se armó de valor.

―Cosas como el amor, no se me están permitidas en mi posición como el Noblesee ―. Raizel quitó su mirada de la ciudad iluminada, y se dirigió hacia el humano ―Aún así, después de tantos años, ¿aún te quedarás a lado mío?

Frankenstein arqueó las cejas primero para después fruncir el ceño de manera rápida. Mordió su propia lengua para elegir con sabiduría sus palabras, porque de otra manera, se habría dejado llevar por sus sentimientos y hablaría intensamente entregando por completo su devoción. Pero no quería sonar como si estuviera sumamente emocionado o desesperado, él quería demostrar calma y seguridad.

―Incluso si no me lo pidiera, lo haría sin dudar.

Raizel sonrió con alivio, y se acercó lentamente para quedar cara a cara con su sirviente. El corazón de Frankenstein aceleró su ritmo y la respiración se volvió pausada cuando sintió los dedos fríos del noble tocar su barbilla.

―Hasta que caiga en el sueño eterno, quédate a mi lado.

Un tierno beso en la mejilla de Frankenstein se hizo presente, siendo la luna, la única testigo de aquella escena. El rubio se sorprendió por unos instantes tratando de procesar lo que acababa de ocurrir. Inevitablemente un leve rubor pinto sus mejillas y por primera vez en su vida, escuchó los latidos de su propio corazón. Si era sincero, por unos segundos se imaginó tomar de las mejillas al noble y besarlo directamente en la boca, pero se contuvo, porque simplemente no quería arruinar el momento.

Tosió discretamente para controlar su compostura y le sonrió.

―Su deseo es mi comando ―hizo una reverencia.

Ni en esta ni en otra vida, jamás podría deshacerse de aquellos sentimientos. Sentimientos que le recordaban su parte humana.

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Pd: Hay un grupo de rol por parte de BipolarVampire 👀 por si quieren unirse ^^ Toda comunicación con ellx :)

Ah, si supieran que tuve que leer de nuevo noblesse porque casi no recordaba lo que sucedía ㅠㅠ ¿Vieron el anime? La verdad no me gustó mucho la animación ㅠㅠ pero es lo que hay ^^
¡Gracias por leer!

𝓣𝓾 𝓭𝓮𝓼𝓮𝓸 𝓮𝓼 𝓶𝓲 𝓬𝓸𝓶𝓪𝓷𝓭𝓸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora