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La suave y tibia brisa lo envolvió más no pudo refrescar su cuerpo que sufría debido al calcinante calor nocturno que la estación de verano imponía sin piedad alguna al reino de Agrababah.
Sus hermosos y brillantes ojos se dirigieron al cielo nocturno, como extrañaba los jugos y atenciones de su madre en noches como esta.
Sus largos y delgados dedos se movían de manera distraída entre el sedoso pelaje de su fiel compañero Rajah, el pobre felino parecía igual o aún más incómodo con la temperatura nocturna.
—Lo sé —susurró el príncipe, mirando al imponente tigre que se veía pequeño ahí tirado y sin saber cómo bajar su temperatura corporal. Los ojos del príncipe destellaron con amor al ver a su inseparable amigo —vamos, voy a darte un baño, tal vez así te sientas mej...
Ante la mención de algo tan atroz el enorme felino siseó y mordió suavemente la mano de su dueño quien dejó salir una suave y burlona risa.
—Eres un bebé Rajah —comentó, dejando un beso en la cabeza del animal.
—Es algo tarde para estar aquí afuera, su alteza.
Taehyung dio un respingo y apretó los labios, odiaba la presencia del Visir de su padre, ese hombre alto, de piel mucho más clara que la suya, cabellos negros y sonrisa petulante siempre lograba hacerlo sentir un inútil y además demasiado incómodo con esa penetrante mirada color marrón oscura.
—Lo mismo digo de usted —respondió cortante. El gran animal que segundos atrás se veía tan relajado y en paz cambió su postura rápidamente, mostrando los dientes, amenazante y protector —no sabía que parte de su trabajo era vigilarme.
—Oh vamos —el visir sonrió de lado y acarició con la mejilla a su feo loro Iago que siempre parecía entender mucho más de lo que un simple loro debería —vengo en son de paz, no pretendo ofenderlo o atacarlo en sentido alguno su alteza, simplemente me preocupa su seguridad. Los guardias están lejos y no podrían llegar a tiempo si acaso...
—¿Alguien me atacara?
—Algo pasara —corrigió el de tez blanca.
—Agradezco su... Preocupación —respondió el príncipe —pero sé cuidarme solo.
—¿Se cuidaba solo la anterior semana cuando escapó al pueblo? —preguntó el visir, su voz destilando veneno.
—Usted puede ser consejero de mi padre, pero no sé equivoque, su opinión significa muy poco para mí.
La acidez y resentimiento en la voz del príncipe fue tan evidente que el Visir ennarcó una ceja sorprendido por la arrogancia que Taehyung muy rara vez mostraba.
—Vamos ¿Sigue usted molesto conmigo por haberlo traído de vuelta? —preguntó acercándose al de piel canela —¿Acaso su intención era no regresar más? ¿Qué hubiera sucedido con su padre hm?
