Gente desconocida, quiero contarles mi testimonio sobre un viaje hacia otro universo, hacia mi realidad deseada donde todo era mucho mejor que aquí. Por más loco que esto suene.
Mi nombre no importa, soy solo una adolescente más entre tantas que fantaseaba con un amor imposible. RaeJong, uno de los más famosos artistas Coreanos de nuestra época. Estoy segura de que cientos de chicas de mi edad también están enamoradísimas de él, algunas afortunadas han vivido en su país y se han tomado fotos con Rae. ¿Pero yo, cómo podría? Mi familia no tiene los recursos siquiera para pagarme los boletos de un concierto. ¡Cuánto daría por siquiera una mirada suya en medio de uno de sus shows!
Lo amaba, estaba segura de que él era el amor de mi vida. Físicamente era perfecto, sus modales, sus palabras, su risa, su voz, su historia, sus opiniones, sus gustos... ¿Alguna vez te has enamorado de alguien a quién nunca verás? ¿Alguien que sabes que nunca sujetará tu mano?
RaeJong era mi todo, mi alma gemela, soñaba con él todos los días, incluso llevaba la cuenta de cada sueño y los anotaba en una libreta para que no se perdiera en mi memoria.
En esos foros donde compartíamos información de artistas de su grupo comencé a leer sobre audios subliminales, al principio me interesó mucho la ley de la atracción, o el cambiar un aspecto físico de mi cuerpo, pero adentrándome más en eso descubrí sobre la "realidad deseada".
La realidad deseada se basaba en que hay miles de universos, y que nuestra conciencia estaba solamente presente en el nuestro, pero simultáneamente, habían infinitos escenarios transcurriendo. Me sentí incrédula, pero comencé a leer más información y a escuchar testimonios del resto, ellos decían que con meditación podían moverse entre realidades con el manejo de nuestra propia conciencia.
Leí testimonios sobre personas que se iban a universos de anime, de su serie favorita, pero yo ya sabía a dónde quería ir. Quería ir a un lugar donde RaeJong y yo pudiéramos conocernos, no ambicionaba mucho, solo conocernos y ya.
Hice lo que me dijeron. Hice un guión con el orden de los hechos, una palabra clave para regresar, restricciones, tiempo, idioma... todo lo anoté en un papel y lo dejé bajo mi almohada. Entonces comencé a contar hasta cien mientras repetía que quería verlo.
No funcionó las primeras veces, siempre me dormía, pero fue un día en donde casi perdía mis esperanzas cuando abrí mis ojos y me levanté. Estaba en un cuarto idéntico al mío, pero este era completamente blanco.
Había un reloj, los segundos avanzaban como de costumbre, y salí de mi puerta sin poder creer qué estaba pasando. Yo estaba usando un uniforme de esos que usualmente se visten en Corea, había una sala de clases con banquillos perfectamente ordenados, entonces entraron un montón de alumnos a tomar sus lugares.
Tomé asiento casi al final, y en el banquillo de mi derecha se sentó esa cara tan conocida y que yo tanto amaba. RaeJong, con su uniforme escolar, ordenó sus cosas y me dedicó una sonrisa. Parecía más joven, mucho más alegre y fresco, sin el peso de la vida de idol encima. Leía la pizarra mientras el profesor explicaba y él me entregó un papel, el cuál decía que nos reuniéramos después de clases.
No, no era un sueño. Es bien sabido que en los sueños hay saltos de tiempo, incoherencias, no se puede leer ni ver la hora, pero en esta realidad todo eso era posible ¿Cómo lo explican entonces?. Mientras caminaba a su lado podía sentir el viento, el sonido de los pasos, todo como si fuera totalmente real.
Él y yo fuimos al parque cercano a esa escuela, yo estaba nerviosa, pero él, sorpresivamente, lo estaba aún más. Conversamos en su idioma, él y su preciosa risa hacía a mi corazón derretirse. Congeniamos tan bien que continuamos saliendo, y saliendo, y saliendo... y cada día en mi realidad original yo llegaba de mi escuela directamente a mi cuarto a repetir el proceso para encontrarme con Rae.
Juro que no había un amor más bonito que el nuestro, nuestro primer beso hizo que mi vida cobrara sentido. Un día decidí quedarme más tiempo, lo anoté en mi guión, mientras allá pasarían unos años, aquí, en mi realidad aburrida y original pasarían tan solo unas horas.
Y así pasó, en esa realidad yo era una muchacha de padres ricos, por lo que no me faltaba absolutamente nada... era bonita, pero todo lo que me importaba era él. RaeJong y yo nos fuimos a vivir juntos cuando pasaron cuatro años de relación, y cuando llevábamos seis años juntos quedé embarazada de él.
Ojalá tuviera fotografías de nuestros paseos, nuestras pijamadas, de cómo se emocionó y lloró cuando le dije que sería papá. Él era feliz, yo también lo era. Nos bebíamos cada segundo de vida, era amor verdadero, un amor que en mi realidad original nunca podría darse, porque ¿Cómo acercarme a él entre una multitud? ¿Entre sus guardaespaldas? La fama le daría muchas opciones de novias más hermosas que yo. Pero aquí, aquí el era un universitario más, y era el amor de mi vida. El era el niño más dulce del universo.
Nuestro bebé nació, en el parto Rae sujetaba mi mano, y mi pequeño bebé era lo más bello que haya visto en toda mi vida. Amamantarlo fue un momento mágico, aún recuerdo las noches sosteniéndolo en mis brazos, recuerdo sus pequeños deditos sosteniendo mi mano. Mi familia... maduré mucho junto a ellos en esos seis años.
Pero... un día abrí los ojos, y ya no estaba en nuestra hermosa casa. Estaba en mi realidad original, estaba en mi feo cuarto desordenado e infantil, una visión que me pareció confusa porque ya me había acostumbrado a despertar con uno de los besos de mi Rae...
Era mi madre quién me despertó, mi mamá original, quién se sentó en mi cama. Me dijo que sabía que yo no estaba bien, que había encontrado mis guiones bajo mi almohada, que no era algo normal y que no podía vivir "dormida" en una fantasía, o en un sueño lúcido. Un señor vestido de blanco se asomó y me tomó fuertemente del brazo, mi mamá me dijo que me amaba mientras él me sacaba de casa y me metía a un auto.
No entendía qué pasaba hasta que llegué a mi destino, completamente confundida. Mi madre me metió a una institución mental, o un hospital psiquiátrico, como prefieran llamarle. Sospechaba de que estaba loca por viajar a mi realidad deseada, creía que yo estaba alucinando, pero no me importó al principio, podía viajar sin un guión, nadie se daría cuenta.
Y honestamente... no me importaba lo que pasara conmigo en esa fea realidad. Si querían encerrarme para siempre porque no creían que podía viajar entre universos, bien, porque cada noche iría de regreso con mi familia. Con RaeJong, con nuestro bebito.
Pero no pasó.
En el hospital comenzaron a medicarme, a inyectarme cosas que me dormían o me aturdían. Y por más que intentara regresar allá, ya no podía, esos medicamentos me estaban manteniendo prisionera ahí. Y me desesperaba, quería ver a mi hijo, quería ver a Rae, comencé a tener crisis de pánico, y eso solo hizo que me medicaran más. Ya no podía ir, ya no era dueña de mi conciencia, lo intentaba pero no podía.
Pasaron años... y yo me resigné a vivir aquí. No pude despedirme de Rae, de mi bebé, no podría ver sus primeros pasitos, ni siquiera se darían cuenta de que me fui. No había un día que no soñara con él, con nuestros bailes tiernos, nuestros besitos. En el psiquiátrico estuve privada de redes sociales e internet, pero teníamos una televisión borrosa que era el único medio de comunicarnos con el exterior.
Un día en las noticias dijeron que RaeJong y otros miembros de su grupo de kpop murieron en un accidente de auto.
El amor de mi vida murió, pero al menos estoy contenta de que en una de las tantas realidades que existen... ahí estamos nosotros dos, y que fuimos las personas más felices del universo.
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Subliminal Stories - (OneShots)
General FictionCompilación de relatos y cuentos sobre audios subliminales, ley de la atracción, poder mental, parapsicología y otros temas que yacen en un mundo oculto para la mayoría, pero que existe entre nosotros.