El tiempo siguió pasando.
Las notas se volvieron más frecuentes y en lugar de todo un mes para leer la siguiente, ahora debía esperar tan solo una semana. Las flores también acortaron su tiempo de espera.
Y mientras más flores llegaban a su puerta, mientras más versos leía escritos en aquellas notas de color crema, más crecía su deseo de leer la siguiente. De saber quién las enviaba.
Tal vez estaba un poco interesado en aquel misterioso hombre, pero no iba a reconocerlo tan fácil.
Porque estaba mal, muy mal. Él quiere a Sunwoo, y Sunwoo le quiere a él.
Y de igual forma, mientras respira profundo, llenando sus pulmones con el dulce aroma de las violetas, Haknyeon lee detenidamente el nuevo poema, por cuarta ocasión.
❁❁❁
"No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo, porque, no sé decírtelo, es largo el día, y te estaré esperando como en las estaciones, cuando en alguna parte se durmieron los trenes. No te vayas por una hora porque entonces en esa hora se juntan las gotas del desvelo y tal vez todo el humo que anda buscando casa venga a matar aún mi corazón perdido".²
❁❁❁
Siente el pecho oprimir a su corazón, sintiéndose tan confundido, tan dividido, tan culpable. Porque él ama a Sunwoo, sin importar si éste le ama también. Están juntos, a su manera.
Y quizá su esposo no fuera la persona más atenta del mundo, quizá no demostraba mucho lo que sentía por él (si es que sentía algo), pero nunca le había faltado al respeto. Nunca había mentido, nunca le había traicionado.
Y en cambio él... se sentía culpable, aún sin hacer nada malo en realidad. ¿Estaba actuando incorrectamente, verdad?
Siempre pensaba en lo decepcionado que podría sentirse Sunwoo de él, pero al mismo tiempo, no podía evitar ser feliz con cada palabra escrita en aquellos poemas. Porque así, a través de esos versos, de esas flores tan aromáticas; se sentía verdaderamente querido.
La puerta de la casa es abierta, el pelinegro entra con calma, cambia sus zapatos y deja el maletín sobre el sofá de tapiz oscuro. Camina hacia la cocina, sirviéndose un poco de jugo para refrescar su garganta del calor infernal.
Le provoca curiosidad notar que la casa está sumida en un inusual silencio. Sube a la habitación, pero Haknyeon no está ahí, ni en el baño o el cuarto de lavado; revisó entonces la mesa y la puerta del refrigerador por si había pasado por alto alguna nota, pero no había nada.
Entonces su rostro se ilumina por la idea que se le ocurre, ¿por qué no lo pensó antes?
El pelinegro camina hasta la puerta trasera, al otro extremo de la cocina, y desde el marco de la misma observa el cuerpo de Haknyeon. Está de cuclillas, con los guantes de jardinería puestos, un sombrero cubriendo su cabeza y un delantal floreado. Parece estar sembrando flores nuevas, pues le mira depositar algo en el suelo y luego cubrirlo con tierra, después riega un poco de agua. La voz del castaño llega hasta sus oídos, una dulce melodía que entona alguna canción alegre sobre flores que florecen.
Y aunque le parece adorable, es algo que prefiere guardarse para sí mismo.
No sabe por qué se queda ahí, simplemente mirando, quizá sea ya una costumbre, pero sólo mirarle hacer lo que le gusta le transmite calma, llevándose lejos los problemas del trabajo. Y su voz... su voz resultaba ser un bálsamo capaz de suavizar hasta la más mínima gota del estrés que su jefe le causaba.
Estaba tan concentrado en sus pensamientos, que no notó cuando el castaño lo miró, deteniendo la canción.
—¿Sunwoo? Llegaste temprano— le oye decir con sorpresa en su voz.
Observa sus mejillas coloreadas de un sutil tono carmesí, quizá por la vergüenza de ser pillado desprevenido. O tal vez por el calor. Cualquiera de los casos, se veía precioso.
Pero por supuesto, tampoco diría eso.
—Me dejaron salir temprano, algo sobre fumigación o una mierda por el estilo.
Sus ojos se posan entonces sobre lo que el castaño hacía cuando llegó, unas flores de tonos lilas y violetas recién sembradas.
Las mismas flores que Haknyeon ponía en el bonito jarrón de porcelana como decoración en el comedor. Y las macetas de la entrada. Y en su mesita de noche.
—Yo... No te esperaba a esta hora, no tengo nada preparado. P-pero dame unos minutos, prepararé algo rápido.
Haknyeon notó la mirada de Sunwoo sobre las violetas, ¿comenzará a sospechar?, por favor, no...
—No te preocupes. ¿Salimos a cenar?
Eso lo tomó mal parado, ellos no salían a comer fueran en mucho tiempo. Ni en sus aniversarios.
—Ah... claro...
Sentado a la mesa del restaurante, Haknyeon se siente incómodo.
El lugar no es demasiado lujoso, pero no deja de ser elegante, sin embargo no es eso lo que le hace sentir extraño, sino Sunwoo.Sunwoo y su mirada de siempre, Sunwoo y su seriedad de siempre. Sunwoo, quién le obsequió una flor al pasar frente a la florería junto al restaurante.
—He notado que te gustan mucho últimamente— dijo al tenderle la bella flor.
Las manos no dejaron de temblarle desde que sujetó el tallo.
La culpa apoderándose de su cuerpo. Solo podía esperar que Sunwoo no descubriera de dónde provenían las flores. Ni las notas que venían con ellas.
Mientras tanto, Sunwoo estaba al tanto de lo que sucedía en su casa. Pero nunca dijo nada, al final de cuentas, él sabe que Haknyeon es al menos un poco feliz de esa forma.
Porque después de todo, es Sunwoo quien escribe aquellos versos y envía las flores que Haknyeon tanto ama.
Sunwoo nunca fue muy bueno con las palabras, o con los gestos. Sintiendo demasiada vergüenza como para ser quien toma la iniciativa de un beso o dar halagos más íntimos hacia su persona. Resultaba más fácil así.
La incógnita le servía a ambos.
Sunwoo podía expresarle a su esposo todo lo que siente en el interior y cuyos labios no eran capaces de pronunciar en voz alta. Y Haknyeon podía recibir el amor que él nunca pudo brindarle de primera mano, sintiéndose amado y especial.
Y mientras los dos se miran, Sunwoo le sonríe. Cálido, con tranquilidad en su pecho, sabiendo que Haknyeon es feliz. Y Haknyeon, que no sabe nada acerca de lo que en verdad ocurre, mira la flor al lado de su plato, mira Sunwoo, le sonríe suavemente y permanece callado.
❁❁❁
² Soneto XLV, "Cien Sonetos de Amor"; Pablo Neruda.
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Gracias por tomarte el tiempo de leer esta pequeña obra. Espero haya sido de tu agrado ^^
Si te interesa, la canción en la cual está inspirada se titula Un Ramito de Violetas, de Cecilia. Aquí te dejo el vídeo.
—Sof🍃
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Violetas | SunHak
Fanfic✼Three Shot ✼The Boyz AU ✼Sunwoo x Haknyeon ✼Inspirada en una de mis canciones preferidas en la vida