El sacerdote pecaminoso

La llegada del Arcángel

Y fue entonces que del cielo descendió el Arcángel Gabriel mientras las trompetas sagradas resonaban y un aura divina lo envolvía, sus pies tocaron el suelo cubierto por la sangre de la joven virgen que había sido sacrificada. Entonces se plantó frente al Obispo el cuál se miraba y olía cual repugnante cerdo cubierto en excremento.
-Es un deleite estar en su presencia.....Oh mi señor has escuchado mis plegarias y has enviado al más bello de tus mensajeros en respuesta a mi regalo- Exclamó el Obispo mientras intentaba arrodillarse sobre sus pezuñas.El Arcángel lo miró con disgusto y repulsión y entonces exclamó -Tú quien te haces llamar "Siervo del señor", has asesinado a esta joven no sin antes mancillarla con tu esperma sobre su rostro, y no solo a ella, se de buena mano los actos atroces y repugnantes que has hecho, tú quien te haces llamar Obispo no eres más que un depravado, no tienes misericordia cuando se trata de saciar tus enfermizos deseos, peor aún es que lo hagas nombrando a mi Rey en vano, y es por eso que he venido, no ha recompensarte sino a castigarte, siéntete privilegiado pues un pedazo de mierda como tú morirá por mi espada....repugnante ser que hasta has mancillado a tus monaguillos, incluso cuando estas por morir te atreves a endurecer tu pene ¿Acaso te excita morir?El repugnante Obispo quien no era más que un enfermo, quien incluso tenía antecedentes de ser un pederasta, tirado en el suelo con la verga dura exclamó -Pues si, he de admitir que soy un pedazo de mierda, tengo tendencia a matar jovencitas para después abusar de sus cuerpos mientras rezo, soy de los que no puede evitar eyacular sobre mis monaguillos mientras sostengo una cruz....soy un pedazo de mierda, no hay mayor verdad que esa...entonces si, te suplico asesinarme, que tu espada corte mi cuello mientras me masturbo, te suplico me entregues el mayor de los placeres, haz que llegue al orgasmo mientras mi sangre se derrama....Oh gran Arcángel Gabriel, tan hermoso como ninguno.Entonces el Arcángel, cansado y asqueado por el cerdo que tenía bajo sus pies desenvainó su espada, apuntó con ella hacía el Obispo quien ya había comenzado a masturbarse, y lo partió por la mitad, no hubo sangre ni quejido alguno, fue un corte limpio el cual puso fin a la vida del Obispo.-Sucio Obispo, lujurioso, pederasta y repugnante como nadie más en este mundo, ahora serás cogido por los esbirros del diablo por la eternidad y tus testículos serán arrancados por los perros de Lucifer una y otra ves, Oh sucio Obispo, considérate afortunado pues la ira de Dios no conoce límites, pero por mi honor no puedo permitir que mi señor se tome tales molestias por una mierda como tú.