Veintidós

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Hello.👀
Después de tiempo estoy nuevamente por aquí, este capítulo quería subirlo con otro más sin embrago creo que se los debo desde hace un bien rato.😅

Estas últimas semanas la univerisad me está consumiendo y también un nuevo proyecto junto a otra escritora. 

Sin más espero que disfruten el capítulo, nos estamos leyendo.

Besitos sabor a chocolate.










Turquía  - Estambul

ATESH ÖZDEMIR

Mi mañana había iniciado de la mejor manera, desperté junto a la mujer que quería y era parte fundamental de mis días desde hace un par de meses.

Luego de ello salimos juntos de mi casa como si fuesemos un un par de ladrones que hubieran robado algo, pues no quería encontrarme con nadie y tener algún inconveniente con el itinerario que había preparado para el día de hoy.

Ya habíamos visitado algunos lugares emblemáticos del país, habíamos ido por comida turca típica del lugar, fue divertido ver sus muecas al probar los platos en especial el jugo de nabo que cuando uno está acostumbrado a beberlo el picor del mismo es un poquito feo.

Ahora estábamos tomados de la mano caminando por el parque Kadikoy mismo que mis padres visitaron cuando se conocieron y mi madre le lanzó una piedra al mío, solo por molestarlo.

—¿A qué se debe esa sonrisa?

Mi sonrisa que apenas era una mueca visible ahora era extensa y por mucho que me moría por llenarla de besos, me contuve.

—Recordaba algo que prometí cuando era un niño y tiene que ver con la historia de mis padres —mire nuestras manos unidas esperando que ella haga una pregunta antes de que continúe pero se mantuvo en silencio— Ellos en una de sus citas si es que se puede llamar así, pasearon por este mismo parque y mi madre al querer llamar su atención en uno de esos momentos le lanzó una piedra en su cabeza. Athena quiso hacer lo mismo pero en vez de lanzar una pequeña piedra lanzó una más grande y termino lastimado al niño.

Su risa no se hace de esperar y la mía tampoco queda de lado, ya que cada que podemos se lo recordamos a mi querida hermana que termina enfurecida.

—Al parecer desde pequeña era traviesa.

—Lo era, siempre que podemos se lo recordamos sin embargo estos últimos años a estado odiando ese recuerdo.

—¿Le has preguntado por qué?

—Nunca pregunte, era una niña en ese entonces y juntos prometimos no tener pareja hasta los 50 años.

Su risa nuevamente apareció atrayendo la mirada de algunos ancianos que estaban sentados en los bancos mirando hacia el Bósforo, era normal ver parejas paseando de la mano pero riendo y siendo tan cómplices, no era muy normal que se pueda decir.

Uno de los ancianos me dio una mirada seria y que decir de la anciana a su lado que parecía ser su esposa nos miraban raro. En mi distracción por mirarlos Mical beso mi mejilla y el ceño fruncido de la pareja sentado en el banco paso a ser una negación.

—Mical no lo vuelvas a hacer —reprendí quitando mi mirada de los ancianos.

—¿Por qué? —Pregunto quitando su mano de la mía mirando donde yo hace unos minutos lo hacía y luego volviendo su mirada a mi— Soy tu novia, bese tu mejilla ¿Qué hay de malo en eso?

LE DIJE ADIÓS A LAS CITAS AMOROSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora