•Armantabo•
Mathias era un infante alegre que vivía con sus dos padres.
Al día siguiente de su cumpleaños va a su parque favorito con ellos,siendo también el último día que pasarían juntos.
Es secuestrado y vendido a un mafioso que cuidaría de él...
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-¡Aquí estoy,yo soy al que buscas!-
Gritó con desespero al ver cómo el único policía que le caía bien ahora estaba por morir en manos de un desesperado de amor y atención como lo era Armando.
Pero bueno ¿Cómo llegamos a esto?
Retrocediendo emmm...creo que una semana antes.
Aiden terminó su turno laboral y obedeció sumiso al rubio,aunque antes pasó por su casa a dejarle comida a su gato.
Luego agarró lo más rápido que pudo algo de ropa para poder ducharse y pasar la noche allí,lo cual le ponía nervioso,nunca había estado toda una noche en aquel departamento,siempre que dormía con Gustabo lo hacía en su casa,donde solo estaban el rubio y él. Pero ahora estaría Claudio y Horacio.
Al tener todo listo en una mochila negra,la tiró dentro de el auto y se fue al departamento de el otro chico.
En la recepción estaba Gustabo,caminando de un lado al otro y con otra ropa que la que llevaba esa mañana.
Un pantalón verde y una remera mangas largas en blanco,tirando a gris,su cabello estaba algo desordenado y tenía los nudillos levemente rojos.
Golpeó la puerta para captar la atención de el otro y así fue. El residente abrió la puerta y antes de cerrar,miró que nadie estuviera deambulando por la zona,una actitud que dejó algo extrañado a Aiden.
-¿Te sientes bien?-
Preguntó el policía fuera de servicio.
-si,si ¿Tú estás bien?-
-estoy perfecto...¿Ahora me vas a decir que sucede?-
-subamos a mí piso y hablamos todo allí-
Cuando Gustabo entró en la compañía de otro joven. Claudio se asombró mucho al igual que Horacio,aunque ya conocía la "relación" que mantenían.
-buenas-
Saludó Aiden.
-hola-
Dijo Horacio con los animos un poco por el suelo,ya que había discutido con Claudio otra vez,pero nada que con una buena cena y una ronda de besos no solucionara.
-¿Que tal?-
Acotó Claudio mientras tiraba algunas verduras picadas a una sartén.
El rubio agarró la mano de Aiden y se lo llevó a su habitación. Ambos se sentaron en la cama y Gustabo se empezó a pellizcar sus nudillos,ahora Aiden entendía porque estaban algo rojos.
-bien... Aiden... tú sabes que soy sicario y toda esa mierda ¿Verdad? -Aiden asintió- seguro recuerdas a Armando,que tuvimos una relación, él la arruinó junto con Freddy y eso-
