"AMANECERES BLANCOS"

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Por más amor que le tenga, Jane siempre en algún sentido logra hacerla enfadar y mucho más cuando pasa tiempo sin saber de él, desde su huida, le es difícil creer que se quedará. Mientras camina a la puerta piensa en que es una locura todo lo que pasó en Miami, todo lo que hizo ese hombre por ella, para evitar que se fuera para siempre, que se fuera con otro. Mierda. Ahora también recuerda lo mal que terminó todo con Pike, su estable relación se fue a la misma mierda. Antes de que pueda seguir vagando entre pensamientos, suena su timbre devolviéndola a la realidad, tiene que dejar de pensar en tantas cosas y enfocarse en lo que sea que tiene ahora con Patrick. Se alisa la blusa y abre la puerta.
-Oh, al parecer sí viniste.- dice en un tono burlón.
-Discúlpame, lo peor que puede pasarte es pinchar un neumático de un motor home, créeme.
-Lo lamento, ¿ya pudiste cambiarlo?
-Sí, ya está por suerte.- Suspira mientras la mira de pies a cabeza.- Estas hermosa.
Teresa se sonroja por el comentario.- Gracias. Pasa, no te quedes ahí.
Jane entra esquivando cajas hasta llegar al sofá, se sienta y luego Lisbon hace lo mismo.
-¿Pensabas llevarte todo a D.C?
-Pues en realidad no estaba segura de qué iba llevar, qué iba a tirar, etcétera.- Confiesa largando un largo suspiro.- Pero no quiero hablar de eso por favor.
-Sí, lo siento, es que no creí que tuvieras tantas cosas. Aun recuerdo cuando te mudaste en 2009 en California a la casa de dos pisos.
-¿En serio? ¿Recuerdas eso?- Se ríe mientras van cayéndole los recuerdos.
-Claro, siempre me causó gracia que tenías fotos de viejos inquilinos.
-Si esa casa hablara…- Levanta las cejas con una leve risa.
-Deberíamos ir a California unos días a recordar viejos momentos.-Sugiere el rubio.-Podemos ir en la caravana.
-¿Puedes manejar tanto con el tobillo así?
-Deja de preocuparte por eso, ya no está hinchado, el doctor dijo que haga reposo unos 15 días. No es tanto.-Le explica para calmarla.
-Pues Abbott me dio también al menos 15 días para que me acomode de nuevo aquí, así que lo que podemos hacer es quedarnos en Texas, salir por aquí cerca y ya.- Toma aire y continúa.- Además no tengo ánimos de que vuelvas a lastimarte por mí, en serio, Jane.
-Está bien- Mueve la cabeza a modo le burla levantando las manos.- Entonces, nos quedaremos 15 días para hacer lo que quieras, contigo todo hay que negociarlo, mujer.- Se acerca  y con su mano izquierda toma el costado de la cara de Lisbon, acariciando su suave pómulo, le da un beso en los labios, ella corresponde el beso.
Se aparta un poco de los labios de su chico.- No es negociar, es cuidarte, deja de ser tan necio una vez en tu vida.- Le da un golpecito en la nariz con los dedos índice y pulgar.- ¿Tienes hambre?- Cambia de tema y se levanta en dirección a la cocina.
Imita el recorrido que hace y por detrás le dice- Sí y de comida también.
-Creo que no sólo te golpeaste el tobillo. Ven.
-Gruñona.
-Arrogante.
Ambos reían del otro mientras servían la cena. Luego cenaron en la sala de estar la pintoresca carne al horno con salsa barbacoa que hizo Teresa
-Esto está delicioso, gracias.- Toma sus manos acariciándolas.
Se quedan en silencio, mirando y sonriéndose tan tiernos y felices. En un momento, Teresa se acerca a Patrick y empieza a darle muchos besitos. Le daba mucha ternura sentir la sonrisa de Jane bajo sus labios, luego comenzó a acariciar todo su rostro, recorriendo cada una de sus arrugas pensando en cómo la vida dejó marcado a ese hombre.
Patrick la toma por la cintura recostándola en el sillón boca arriba mientras sigue besándola. Ella rodea su cuello con los brazos acercándolo más. Jane desabrocha tres botones de la blusa verde oscura, lo suficiente para darles espacio a los pechos que aun están atrapados en el sostén negro, los aprieta y bajando la copa, libera uno llevárselo a la boca, Teresa perdiéndose en el placer que le causaba, le pide que no pare, en eso, el rubio suelta el seno y acto seguido, repite los movimientos con el otro, disfruta mucho la sensación en su boca de como se endurecen los pezones de su chica.
-Jane…
Él para y la mira, pero tomándolo por sorpresa ella lo echa de espaldas al otro extremo del sofá, quedando arriba suyo, se quita la blusa junto al sostén, asombrado por verla así, la toma de las caderas y lleva sus manos para desabrochar el jean que traía, mientras ella se lo quitaba, él se desabotonó la camisa blanca con detalles verdes. Cuando se sube de nuevo, se recuesta para besar su cuello, bajando por sus hombros, luego a su pecho, mientras sentía como se aceleraba la respiración del rubio, ella siguió bajando hasta llegar al pantalón que tanto le molestaba el paso, en un movimiento hábil liberó el miembro erecto. Mira a los ojos a Jane y se muerde el labio inferior haciéndose desear.
-Teresa, deja de morderte el labio, estas enloqueciéndome.
Con una mano toma el miembro y con lentos movimientos sube y baja, de a poco aumenta el ritmo, luego juega con la lengua mirando directo a los ojos a Patrick, su respiración es entrecortada, esa mujer estaba matándolo de placer. Enredando sus dedos en el pelo de la chica hace que se meta todo su ser en la boca por unos segundos, luego la suelta, Lisbon tenía los ojos llenos de pasión. Siguió masturbando y chupando el miembro.
-Teresa, voy a acabar.- le avisa agitado.
Ella ignoró lo que le dijo, entendió que era un aviso para que se corra y siguió chupando con entusiasmo hasta que acabó en su boca. Divertida se saborea mientras sigue masturbándolo.
En un rápido movimiento, la da vuelta en el sofá dejándola en posición de cuatro patas y le susurra al oído “Me traes loco, Teresa Lisbon” y con delicadeza le mete el dedo medio en la vagina húmeda dibujando círculos, entrando y saliendo, luego al dedo medio suma el índice y sigue, siente como sigue mojándose, entregándose al placer que le da. Patrick saca los dedos para saborear en su boca como sabe la mujer que lo enloquece “No sólo los labios de tu boca son sabrosos” le dice mientras le abre mas las piernas para entrar y ahora ser él quien tenga el control. Con una mano en su cadera y la otra tomándola del pelo, Jane siguió dándole, los gemidos de Lisbon eran todo lo que necesitaba para enloquecer y aumentar la velocidad. Ambos gemían el nombre del otro, eran uno, entregados a la pasión como si no hubiera un mañana. Jane siente que va a volver a acabar, así que sale de ella y acaba en su espalda, sabe que ella aún no acabó, por lo que se puso a su altura y con una exquisita mezcla de su lengua y dedos dentro de ella, la hizo llegar a la cima del clímax.
-No puedo creer que hasta en el sexo seas el mejor.- Le dice cansada, pero muy satisfecha.
-Es lo que tu sensualidad causa en mí.- Se acerca y le da un tierno beso.- Te amo.
-Yo también.- le da otro beso.- Es tardísimo, ¿Quieres quedarte esta noche?- Pregunta con una pequeña sonrisa.
-Lisbon, no puedo quedarme a tener sexo toda la noche.- Bromea el rubio.
-¡Jane!- Se ríe y sonroja por el comentario.- Pensándolo, bien, vete.
-No, ahora me quedaré contigo. Me gusta poder pasar tiempo fuera de los cadáveres contigo.
-A mí también.- Se levanta en busca de algo para tapar su cuerpo desnudo, entre las prendas encuentra la camisa de Jane.- Préstame esto, voy a bañarme.
-¿Quieres que también te enjabone la espalda?
-Cállate- le guiña un ojo.- ahora vengo.
Teresa se fue directamente al baño para quitarse el sudor, el semen y todo lo que pueda tener en su cuerpo luego de tanta acción. Mientras que Patrick en la sala estaba considerando la idea de ir a bañarse con ella, el guiño fue como un “ok”. Antes de seguir dudando y de que ella saliera, junta la ropa del suelo y se encamina a la ducha donde se encontraba Lisbon.
Allí estaba, bajo la lluvia de la ducha, con el largo pelo pegado a la espalda por el agua, tan hermosa, tan sexy y ahora tan suya. No pudo evitar sonreír mientras la miraba como un bobo. La mujer nota que está del otro lado y en lugar de regañarlo, lo invita.
-Eres increíble, Patrick Jane, ya ven, antes que salga.
-Como usted mande su majestad.
Entra y empieza a limpiarse el cuerpo con el jabón de orquídeas negras que usaba Lisbon.
-¿Esta es tu fuente de tan delicioso aroma? – Le pregunta mostrando el jabón líquido.
Se da la vuelta para ver de qué habla.-Eso creo, no lo uses todo, debo comprar uno nuevo.
-Genial, porque ahora lo que quiero son tus labios.- deja de jabón y besa a Teresa.
Se funden en un beso cargado de amor bajo el agua. Patrick alza a Teresa sobre su cintura para que lo rodee con las piernas.
-¿Quieres un tercer round?- Pregunta pícaro el rubio.
-Sí, pero vamos a mi cama, no quiero caerme.
Ambos ríen, cierran la llave y salen de la ducha, Teresa busca un par de toallas para secarse y luego van de la mano a la cama. Aunque el baño los había relajado tanto a ambos al punto de caerse del sueño. El sexo también tomó parte para el cansancio de la pareja.
-Estas cansada, amor, duerme mejor, tenemos una vida para llenarte de placer y hacerte gritar.
-¡Jane!- Se sonroja.- Mejor cállate y acuéstate conmigo.
-Creí que iba a dormir en la sala.
-No seas tonto, quiero tenerte conmigo.
-Está bien.- Se acuestan juntos, tomados de la mano.
-Buenas noches, Jane.
-Buenas noches, Lisbon.- Se acerca a darle un beso en los labios de buenas noches.

El sol asomaba por la ventana de la habitación de Teresa a eso de las 05 a.m. por cómo se veía, el día sería perfecto para salir. Patrick se despierta alrededor de las 05:40 a.m. y recuerda que tiene un pequeño regalo para su amada en el bolsillo del pantalón. Intenta hacer el menor ruido posible y se levanta en busca de la bolsita de terciopelo beige. En la sala busca donde dejó el pantalón, busca en el bolsillo y sonríe al encontrarlo. Vuelve a la cama y ahí estaba ella, tan serena, relajada y feliz, ahí estaba la mujer que nunca le soltó la mano, ni en los peores momentos, ella, la que tuvo que soportar que personas poderosas le reclamaran por consecuencia de sus actos, a pesar de todo sigue ahí, a su lado y ahora comparten un romance. “Prometo cuidarte toda mi vida, Lisbon. Siempre estaré ahí para salvarte” pensaba para sus adentros. Volvió a la sala a buscar un papel y una birome para escribirle una notita, cuando encontró lo que necesitaba le puso “Eres quién me devolvió las ganas de vivir. Eres la dueña de mi corazón. Te Amo. P.”
Duda si volver a acostarse o prepararle el desayuno. Opta por lo segundo, ella es su princesa y quiere complacerla con todos los detalles posibles.
Una vez en la cocina, pone a calentar café para Teresa y busca té para él, le llamó la atención ver que tenía su preferido, sonrió y buscó la pava. Desde la otra punta de la casa escucha que alguien lo llama.
-PATRICK.- La princesa había despertado buscando a su príncipe de ojos azules.
-ESTOY EN LA COCINA, QUÉDATE AHÍ, ENSEGUIDA VOY.
En una bandeja de madera colocó las tazas junto a unas galletas y fue a la habitación.
-Buenos días, princesa.- Dice entrando.
-Buenos días. Es hermoso, en serio, muchas gracias.- Responde levantando la pulsera de oro blanco en cadena con un corazón en el medio.- Pero es mucho, sabes que no me gusta que gastes tanto en mí.
-Te mereces el mundo.
-Te tengo a ti.

[Continuará]

"Todo vuelve a empezar" (Patrick Jane×Teresa Lisbon - The Mentalist)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora