"Todo vuelve a empezar" (Patrick Jane×Teresa Lisbon - The Mentalist)

"BAILES AMARILLOS PARTE II"

-Gracias, amor, por todo.- Le toma la mano al hombre y se recuesta por él.- Volveré a mi casa a preparar algo de ropa. ¿Quieres venir conmigo o que pase luego por ti?-

-Si me esperas cinco minutos, iré contigo.- Le da un dulce beso en la cabeza y entra a preparar un pequeño bolso.

-No te demores. Te espero en el auto.- Le avisa al hombre que está dentro.

Pasados unos 10 minutos el hombre de ojos azules sube al auto y pone el bolso en el asiento trasero. Teresa pone en marcha el motor y salen en dirección a su casa. Van charlando sobre sus días en aquel Estado donde compartieron miles de momentos. Luego de un viaje de 15 minutos, llegaron, Teresa estacionó el auto, bajaron y entraron a la casa.

-Ponte cómodo, iré a ver qué hay para comer.- Señala el sillón y se va a la cocina.

Teresa busca un par de verduras para hacer una ensalada sencilla y que acompañe la carne que tenía hecha. Tomó un tomate, luego un cuchillo y lo rebanó, hizo lo mismo con las lechugas y pepinos. Mientras mezclaba las verduras, sin que se diera cuenta de su presencia, apareció Patrick tomándola de la cintura con ambas manos, pegando su cuerpo al suyo. Lisbon soltó el recipiente. "La comida puede esperar, Teresa" le susurra al oído y ella se estremece. Con la pierna izquierda le separa las piernas a la vez que le besa el cuello. Baja sus manos y rodeándola busca el botón y cierre para poder bajarle el jean, luego con su dedo medio dibuja círculos en el clítoris.

-Jane...- Su respiración es muy agitada.

-Shh.- le susurra al oído y la voltea quedando frente a frente.

La besa apasionadamente con la mano derecha tomándola del pelo y con la izquierda vuelve a su zona baja, corre su bella braga blanca y sin dudarlo mete el dedo medio y con un poco de velocidad, lo mete y lo saca. Muerde el labio inferior de la mujer haciéndola enloquecer. Antes de seguir, suma el dedo índice y continuo entrando y saliendo de ella. Lisbon gemía del placer que le daba el rubio, se estaba dejando llevar, antes de que se dé cuenta, él la sube a la mesada de la cocina y comienza a darle una sección de sexo oral sin parar hasta que ella arquea su espalda cuando está a punto de acabar, cuando lo hace, el hombre saborea su ser y le regala una picara sonrisa.

-¿Entonces? ¿Cenamos?- Guiña un ojo y la ayuda a bajar.

-En serio que estás loco.- Teresa se saca el pantalón de jean y sólo se acomoda el colaless blanco con encaje de flores.

Terminan de preparar la cena que habían dejado a medio hacer y llevaron las cosas al living, preferían comer frente la tele.

-¿Qué quieres tomar?- Pregunta Teresa

-Lo que quieras.

-Tengo un vino muy suave.- Se levanta a buscar en una caja que estaba en la cocina.

-¿Piensas desarmar estas cajas algún día?- Le grita desde la sala.

-Debería en estos días antes de volver al trabajo, pero será cuando volvamos.- Vuelve con la botella en mano y dos copas. Sirve un poco en cada una.- Pruébalo.- Se sienta a su lado.

-Tienes razón, es muy suave.- Jane le da otro sorbo a la copa y lo saborea.- Pero nada más dulce que tus labios cuando despiertas.

-Oh, cállate.- Teresa se sonroja por el comentario.

Siguieron comiendo y bebiendo el vino tinto suave. Charlaron sobre cómo serían sus próximos días en California... Ese Estado al que ninguno volvió en años. Hasta mañana. Será un remolino de emociones para ambos. Cuando terminaron de cenar, llevaron todo a la cocina, ambos limpiaron, secaron y ordenaron todo, esta vez sin sexo.