Un dia como cualquier otro, estaba caminando por mi jardín. Ha decir verdad, mi hermana ha sabido cuidar muy bién de las plantas y los bastos cultivos que hay por aquí, solo que... Ella se fue hace tiempo al extranjero para estudiar su carrera y bueno, dejarme a mi a cargo de la casa.
Como decía, caminaba por el jardín tranquilamente con mi juguito de chocolate en la mano, hasta que percato que algunas algunas plantas faltaban. El jardín es jodidamente inmenso, abarcando desde el patio trasero hasta el delantero de toda la mansión (sip, vivo en una ✌). Puede que no me interesa regar todas las plantas y cuidarlas como lo hacía mi hermana pero se perfectamente cuando falta una planta o no, y en este caso faltaban 3 macetas con plantas de... bueno no recuerdo de que eran pero eran plantas.
- Bro, que pasó acá.
Me dije a mi mismo observando mi alrededor. Necesitaba detectar la presencia de mi enemigo.
Veo un perro ladrar con las manos. Digo, Escucho un perro ladrar del otro lado de la cerca de mi vecino. Es un fastidioso Chihuahua.
- Fuistes tu, no?.
Dirigí mi mirada de enojo hacía el perrito. El cual no podía ver por la cerca, ni tampoco el ver mi mirada por los lentes oscuros que llevo... Realmente estupida la situación.
- Si no me vas a decir enton-
De repente, mis palabras fueron calladas por un temblor que hacia temblar todo el suelo, valga la redundancia. Al voltear y volver a mirar a mi alrededor, no vi nada pero el temblor se detuvo. Luego fije mi mirada en la parte más frondosa de mi jardín... el Patio trasero trasero (osea el fondo). También me fije que el perrito volvió a ladrar pero su ladrido fue rápidamente apagado. Con curiosidad, me asome por la cerca y mire hacia abajo para ver que le pasó al perrito y vi que no había nada, solo unas hojas esparcidas en el suelo. Pero como todo creepypastero profesional virtual que soy, no le di importancia.
- ... Algo aquí huele mal... *sniff sniff* Joder.
Oliendo mi axhila casi me desmayó. El deshodorante olía tan jodidamente bueno que me recordaba a un perfume. Amo los perfumes.
Se volvió a sentir otro temblor, solo que esta vez vino acompañado con un rugido muy raro. Parecía a mis samples de electro que parecen licuadora enladrillada y también parecía venir desde el fondo del patio trasero. Nunca me atreví a explorar ese bosque de ahí. Tan pronto como apareció, se volvió a ir el sonido y el temblor.
- ¡¡Oliveeer!!
Exclamó la señora dueña del perrito molesto desde el otro lado de la cerca. Se veía enojada.
- Llamó...
Contesté latinamente.
- Sabes donde está pinky? (el perrito) y deja de hacer sonidos extraños por favor! mi marido está durmiendo... No quieres que te acuse con tu hermana o si?
Amenazó la vieja chancluda que no era tan vieja.
- No se y a bueno pa saber.
Ignorandola, decidí caminar hacia el lado frondoso donde se provino ese ruido. La señora parecía enojada, no la culpo, se le perdió su molestia perruna.
En el camino, me di cuenta que hace años que no podo las plantas. Estaban tan grandes que una palmera se veía como un fideo.
- Necesito llamar al jardinero esta semana
Al acercarme por fin y adentrarme, me detuvo a ver un collar de perro que estaba tirado en el suelo.
- Yikes...