Alyathy, la hija menor del rey de Aquion, siempre ha soñado con el mundo que se esconde más allá de las murallas de su castillo pero, sin embargo, nunca ha deseado romper con la felicidad de la vida que la rodeaba.
Toda su vida finalmente cambia cua...
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꧁☆☬ D e m o c r a c i a ☬☆꧂
El enorme salón de baile se sumió en un silencio tan pesado que incluso juraba poder escuchar el martillar de mi corazón en mi garganta.
Nethan cubrió mi mano temblorosa con la suya y ni siquiera tuve la fuerza para girarme para mirarlo.
Hasta ese entonces todo se había sentido ligeramente lejano, como si aún existiera la ínfima posibilidad de que nuestro padre decidiera omitirlo, ignorarlo por completo. Ahora, con él frente a las escaleras y los ojos brillantes por una fina capa de lágrimas que se obligaba a retener, todo había caído sobre mí como un pesado saco que no me dejaba respirar.
Mi atención recorrió a la masa de personas que miraban a mi padre como a alguien extraño y lejano.
El murmullo no tardó en llenar el lugar e incluso gritos y plegarias de piedad resonaron en el fondo del lugar.
A mi lado Nethan se enderezó en su lugar y levantó la barbilla tratando de aparentar que la noticia no le afectaba como en realidad lo hacía. Como si no quisiera ponerse en pie y gritar lo injusto que le parecía.
Su mano no se despegó de la mía, ni siquiera cuando padre volvió a alzar la voz siguiendo con su discurso.
—Como se puede presenciar esta noche la asistencia es ligeramente más escasa —Tuvo que detenerse y aclarar su garganta para ocultar el temblor de su voz —Ya que se han seleccionado sólo a las casas más antiguas para a participar en la elección.
—¡Esto es una locura! —Gritó alguien entre las personas reunidas en el centro de la sala. Una voz femenina.
Nadie se atrevió a seguir su intervención y dejaron que pare prosiguiera.
—Los altos gobernantes de las cuatro comarcas nos reunimos para discutir los criterios de elección de los herederos —Padre agachó la cabeza y cuadró sus hombros, como si necesitara tomarse ese instante para volver a encontrar la voz —Y tras una larga deliberación surgieron tres nombres posibles.
Giró ligeramente su mirada y de nuevo nos encontró. Nethan apartó su atención de él y la clavó en el público, yo tampoco pude sostenerla.
—Comenzando por el heredero más joven, el príncipe Rodlan, hijo del rey de Orano. Cuenta con doce años y estudios en la esgrima, además de ser el primogénito —Padre suspiró —La siguiente en la lista es mi hija Alyathy, con diecinueve años de edad, prometida del príncipe Kessarn de Olium.
La mano de Nethan se tensó alrededor de la mía y no pude evitar encogerme en mi lugar cuando la mirada de todos los presentes recayó en mi. El sonido de los pequeños y rápidos pasos del príncipe Rodlan subiendo al estrado aumentaron mi nerviosismo.
