24 CAPÍTULO

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La Verdad ☬☆


    —Arcova fue construida en algún momento de los primeros siglos de la existencia dahaary, es una de nuestras ciudades más antiguas —Reegan hizo un pequeño gesto con su mano y los dos guardias apostados a ambos lados de las enormes puertas de las murallas obedecieron abriendo las mismas —Aunque en realidad es muy pequeña para llamarla ciudad, pero al ser la capital se hace la trampa.

      Sonreí agradecida a ambos guardias que ante nuestro paso entre ellos hicieron una suave reverencia.

     Por inercia coloqué la capucha de la capa sobre mi cabeza. El rey me miró de reojo y esbozó una sonrisa casi a modo de disculpa. Y es que aunque supuestamente estábamos en su ciudad y no tenía intención de separarme de él en ningún momento, tampoco estaba convencida de no encontrarme a alguien que aún nos guardara rencor a los humanos.

      He incluso si con el maquillaje, el peinado y el vestido que cargaba podía pasar más o menos desapercibida, prefería ocultarme al menos esta primera vez.

      Las calles se dibujaron ante nosotros a medida que descendíamos la pequeña pendiente que separaba el palacio del lado norte del pueblo en el valle.

      El asfalto empedrado me dificultó algo la tarea de caminar y tuve que afianzarme con algo más de fuerza al brazo de Reegan quien pareció encontrar divertida la situación porque pude ver una sonrisa burlona aparecer en sus labios y no difuminarse en ningún momento.

      Estaba acostumbrada a los caminos de tierra seca y dura de Etria, incluso a los que tenían algunas piedras como los que conducían a las lagunas pero, estos, sumados a mi al parecer  nula capacidad de caminar con zapatos planos, estaban haciendo que mi caminar se pareciera más al de un pato mareado que al de un humano normal y corriente.

      —¿Se ha modernizado con el tiempo? —Pregunté mientras observaba los edificios.

      Se veían viejos, casi todas las casas a las que nos acercábamos estaban construidas por piedras unas sobre otras, y sus tejados habían parecido perder algunas tejas pero, aún así, el aspecto general, con todas aquellas enredaderas subiendo por sus paredes y con las macetas en su ventanas, era hermoso.

      —No realmente, la ciudad no ha crecido casi nada y de manera general ha conservado bastante su aspecto —Explicó mientras finalmente comenzábamos a ver la silueta de las personas arremolinarse en las calles —No es un lugar realmente cómodo para vivir, sobretodo si resultas ser un mercader o noble, está bastante escondido e incomunicado.

      Sonreí y lo miré divertida.

      —¿No es eso acaso lo mejor? Te ahorras visitas indeseadas y permaneces lejos de los nobles petulantes y egocentricos —Reegan dejó escapar una suave carcajada.

EUPHATIA #1  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora