5

41 6 0
                                        

Camino con rapidez para no llegar tarde a nuestra cita, estoy emocionado al cien por ciento y estoy seguro de que todo saldrá bien.

Miro desde la orilla de la acera el restaurante lujoso y aún no puedo creer que me haya invitado aquí ya que es un lugar muy caro y yo dije que pagaría mi parte, pero él no quiso, entonces yo ya no pude hacer nada.

Cuando llego a la entrada se acerca una joven con su uniforme pulcramente limpio y en perfectas condiciones y cuando está frente a mí me dice.

—Buenas noches joven ¿En qué puedo ayudarle? —pregunta con amabilidad.

—Si buenas noches, tengo una reservación a nombre de Erick Martínez.

—¿Y usted es?

—Anian Ontiveros.

—Sí aquí está su nombre, adelante y sea usted bienvenido a nuestro restaurante, por aquí acompáñeme por favor —dice y hace un gesto con su mano para que yo la siga y eso hago.

El restaurante es muy bonito, el suelo es de madera pulida y cuelgan del techo muchas luces cálidas lo cual hacen que se sienta aún más acogedor este lugar, hay mesas por todas partes, pero perfectamente bien acomodadas para que no se vea todo junto o un espacio pequeño, varias de ellas ya están ocupadas por familias y también por parejas de enamorados en un ambiente muy romántico.
Nos detenemos delante de una puerta, la abre y con su mano me dice que entre y acto seguido entro en la habitación.

Es un privado, tiene plantas colgantes y las mismas luces cálidas de afuera, la mesa y las sillas son aún más bonitas que las que están afuera y en el centro hay dos copas con vino tinto y un ramo de flores también lo cual lo hace ver aún más hermoso.

Pero lo más hermoso de este lugar y por lo que tanto había estado esperando estaba sentado en frente de mi esperándome, vestía un traje negro, con camisa blanca y una corbata roja muy llamativa la cual se le veía muy bien, el chico del que me enamoré, Erick.

—Bueno, los dejo cualquier cosa pueden pedirla.

—Muchas gracias —dice Erick y la muchacha sale de la habitación y nos quedamos solos.

Me siento frente de Erick y tomo un sorbo de la copa.

—Es un lugar muy hermoso, debió de salir muy caro —digo y él solo suelta una pequeña risa.

—No importa el dinero cuando lo gasto contigo —no cabe duda de que tomé la mejor decisión.

—Bueno entonces ¿Pedimos algo?

—Lo que quieras, ahí está la carta —me dice mientras me extiende y yo la tomo para comenzar a revisar lo que hay.

¡Están todos bastante caros! Y que no quiero que gaste tanto así que pido el más barato de la lista que es pechuga de pollo con salsa de vino tinto y ensalada de frutos rojos, después de todo si es algo que se me antoja.

Erick pide lo mismo que yo y a los pocos minutos llega el mesero, le da las cartas con nuestros pedidos y nos dice que en 20 minutos nos trae los platillos.

Ambos asentimos, sale de la habitación y de nuevo nos quedamos solos.

—Sé que pediste el platillo más barato Anian, te conozco —siento que me pongo súper rojo.

—No... Bueno sí, pero se igual manera tú también pediste lo mismo que yo así que da lo mismo —le digo bromeando.

—Quiero comer lo mismo que tu simplemente —y parece divertido.

—Vaya, que romántico eres —digo rodando mis ojos.

—Siempre —y siento como mis mejillas se ponen calientes, no puedo evitarlo cuando dice ese tipo de cosas o me mira de una forma... sensual.

Un Amor ¿Fallido? IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora