Un Amor ¿Fallido? I

VIII

Domingo 14 de Noviembre de 2018

Los días en la escuela han sido demasiado tranquilos, algunos maestros ya no nos dejan tareas, otros solo actividades para clase pero nada más allá de eso.

Lo único por lo que yo he escuchado batallar a algunos de mis compañeros en en el trabajo que mis amigos y yo ya tenemos terminando.

Y es que algunos decidieron dejarlo todo para el último momento y ya lo entregamos la siguiente semana por lo que algunos si están muy preocupados.

Ya pasó una semana desde lo que pasó con Erick en mi habitación y no puedo evitar no sentirme incómodo en su presencia, aunque él tampoco hace comentario alguno respecto a ello y eso me hace sentir un  poco más relajado porque me sigue apenando... lo que sí he notado y que es lo que me causa mas confusión es que desde esa situación Erick ha estado más apegado a mi, y no me molesta, pero solo ocasiona que mi corazón un día de estos latan tantísimo que me muera de un paro cardiaco.

Hoy es el cumpleaños de mi amiga Victoria (bueno, tecnicamente es mañana pero como hoy es domingo prefirieron hacele algo hoy) y tengo planeado ir a su casa a pasar el día con ella, sus papás le preguntaron que si quería una fiesta un poco grande, pero ella dijo que no ya que no invitaría a muchas personas y que prefería que solo le hicieran una buena comida, y su madre cocina delicioso así queno puedo esperar.

Hace unos minutos me he despedido de mi madre para poder irme, me dijo que no llegara tan tarde y le dije que Eduardo me traería, al parecer con eso ella se quedó más tranquila y solo me dió un beso en la mejilla para despedirme.

Mientras iba caminando por la calle con mi tablet en la mano sentí que era un poco aburrido el camino, así que saqué mis audífonos de mi mochila para poder escuchar un poco de música, la primera canción que sonó fue Bad Romance de Lady Gaga y no sé porque esa canción creo que me identifica un poco en estos momentos.

Con mi música sonando fuerte en mis oídos, iba caminando más y más rápido gracias al ritmo, olvidandome por completo del mundo entero, sintiéndome protagonista, es una sensación mágica y que me llena de mucha paz, perderse en la música es una de las mejores cosas que existen.

De repente siento como alguien toca mi hombro y pego un brinco del susto, cuando volteo veo a Eduardo que solo se está riendo.

Se ve muy bien con lo que trae puesto, lleva una camisa de vestir azúl marino, unos pantalones negros ajustados y sus zapatos negros bien cuidados, como accesorios lleva una esclava de oro en la muñeca y una cadena en el cuello del mismo material su cabello rubio estaba desarreglado pero aún así lucía perfecto... y lleva perfume puesto porque hasta acá puedo oler su fragancia.

Me quito mis audífonos y la magia desaparece, hubiese sido otra persona y estuviera molesto ya que no hay cosa que más me moleste que me interrrumpan mientras estoy perdido en el mundo de la música y mis conciertos imaginarios.

-Anian, llevo hablándote desde hace un momento y no me escuchabas -decía agitado, parece que venía corriendo.

-Por si no te habías dado cuenta, estaba escuchando música -digo mostrándole mis audífonos.

-Te quedarás sordo algún día por escuchar en eso tan fuerte -dice poniendo su mano en mi hombro.

-Si eso pasa espero que sea mientras suene mi canción favorita -Eduardo solo se ríe por el comentario que hice y me pasa su brazo por mis hombros para después seguir caminando.

Caminamos en silencio, Eduardo ya había quitado su brazo de mis hombros ya hora caminaba a mi lado, íbamos pasando por una avenida en donde a los lados había muchas tiendas y personas haciendo sus compras mientras que nosotros solo nos enfocabamos en llegar a tiempo a casa de Victoria.