Homophobe | ChaeTzu, Chaeyoung & Tzuyu

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Para hoy tengo pensado muchas cosas, desde hacerme mi primer tatuaje hasta llevar a Mina, mi casi- mejor amiga, al cine. Tenía pensando ponerme las pilas, pero al parecer el universo no estaba de acuerdo.

El gato ha roto un par de apuntes que habían en la mesa, y una fotocopia. Las cuales tendré que hacerlas otra vez. También mi madre me había dejado a cargo mi hermanita, de unos cinco años, hasta que ella llegase y eso sería a las diez de la noche.

Con una muy mala gana, mientras la pequeña dormía, me he sentado sin hacer ruido frente al escritorio y empecé a tratar de armar mi hoja como si fuese un rompecabezas, eran apuntes de mi clase de arte y los necesito para hoy. La fotocopia es de mi padre para su trabajo ¿Cómo rayos consigo otra?

Tras casi una hora, he podido replicar mis apuntes, al mismo tiempo que desayunaba. Al rato, mi celular comenzó a vibrar, en la madera de mi escritorio, indicándome que alguien me estaba llamando. Desde lejos se vió que era Mina, al toque he atendido.

Aclaró la voz antes de hablar. — ¡Hola, Chaengie! — Dijo dulcemente.

— Hola, Minari — Respondí tímidamente. — Hoy estoy ocupada, lo siento, no podremos ir al cine.

— Oh, yo también estoy ocupada, te iba a decir eso — Confesó. — Así que, ¿Qué te parece si mañana vamos? — Preguntó con entusiasmo. — Extraño pasar el tiempo contigo.

Me sonrojé, Mina ha sido mi crush desde primaria pero nunca ha pasado la línea de la amistad, porque jamás me le he confesado. De todas formas, creo que vamos avanzando.

— Minari, yo también extraño estár contigo — He dicho haciendo mi voz menos audible. Aclaré la voz. — Yo, ehm, ¿Irás a la escuela? Es nuestro último año ¿No te emociona?

— Claro que sí, pero... —  Respondió con un tono triste. — Yo me voy a mudar. Me iré a vivir a Londres.

No pude evitar sentirme algo triste por la noticia. ¿Ya no verla caminar por la ciudad? ¿Ya no podes tocar sus delicadas manos? ¿Ya no poder ver de cerca su hermoso rostro?

— Chaeng, respondé — Exigió.

— Yo... Wow, felicidades, es un gran lugar y muy turístico. Que envidia — He dicho con emoción, así tapar mi tristeza. — ¿Y cuándo te vas?

— En dos semanas —Rió.— Espero que tengas tiempo libre, aprovechemos lo que queda.

— ¡Sí, s- — Antes de que acabara de hablar, se ha escuchado un estruendo proveniente de la cocina — Luego hablamos, hay un inconveniente.

Colgué y me dirigí rápido al lugar ya mencionado.

— ¡Yuna! — Grité, al ver a mi pequeña hermana rodeada de ollas y platos, afortunadamente de plásticos. Suspiré.— Buen día.

( . . . )

— ¡Sí, mamá! — He dicho por quinta vez. — Ya está en el jardín.

Mi madre siempre me llama cuando me deja a cargo algo, siempre se preocupa. Cuando me llamó, aproveché a contarle lo de la fotocopias, al final dijo que ella se encargará.

Al terminar mi horario, me dirigí al parque, al cual siempre iba cuando tenía que despejarme.

Me senté en uno de los bancos de la plaza, cerca de los juegos para niños. Agarré mi botella de agua que estaba en mi mochila y bebí un poco. En esta plaza siempre viene una chica que me llama la atención, pelo castaño, medía entre 170 - 172, callada y hermosa. Ella se sentaba a un banco de distancia.

"¿En serio existe?" Pensé, era como una modelo, ¿Lo será?

Fingí levantarme para tirar basura, y luego, irme a sentarme en el banco donde estaba ella. Quería hablarle.

Mirando de reojo, me dí cuenta que tenía el escudo de una escuela católica de por acá. Hice una mueca. Con razón nunca la vi por mi secundaria.

— ¿Qué tanto ves?