𝙵 𝚘 𝚞 𝚛

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Sana desarrollo la costumbre de tomar la mano de Tzuyu todo el tiempo desde entonces.

Sus ojos siempre parecían asustados, y muchas veces Tzuyu tomaba sus mejillas para mirarla fijamente, los ojos de la mayor eran lo contrario, fríos y tranquilos, eran lo único que podía relajarla.

Y era extraño pero hermoso, cómo la mayor notaba el pánico crecer en la menor, y cómo tomaba su rostro, aplastando simplemente sus abultadas mejillas y se acercaba hasta que la vista era sólo ella, enfocaba los ojos en la otra, conectaban miradas y se quedaban allí largos minutos, sin decir o hacer nada más, hasta que finalmente Sana la abrazaba como agradecimiento cuando aquello funcionaba y se sentía más tranquila, un poco más a salvo.

Se encargaban de caminar juntas, de la mano, haciendo avanzar los cristales en sus tiempos de aburrimiento, sin más, viendo a la nada eterna e infinita.

¿Crees que en verdad podramos salir de esto?  -era una pregunta que Sana formulaba cada tanto, que Tzuyu últimamente contestaba de la misma manera.

— Aunque cueste una noche o cien años- decía, asintiendo- Algún día saldremos de aquí.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐋𝐘  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora