𝙴 𝚕 𝚎 𝚟 𝚎 𝚗

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Dias y ratos monótonos, donde no hacían más que caminar, cada tanto, se dedicaban un mimo o un beso cerca pero a la vez alejadas de sus labios, en un juego para hacerce la difícil, en parte retando a la otra en una guerra secreta de  quien lo haría primero.

No encontró nada, como siempre, no volvió a llover, pero un día vieron cómo lentamente el exterior comenzaba a llenarse de arena.

Arena, como si fuera un desierto, con el paso de las horas se formaron montañas de arena, ambas encontraron divertido pasar entre medio de ellas, escuchar la arena pasar contra el vidrio, atravesando las lomas y sentirse como en una nave impenetrable, porque ni un grano entraba a la caja.

Si esto es un desierto, debe haber un oasis – dijo Sana, con emoción – ¿Lo buscamos?

— Creo que esto es el oasis -respondió Tzuyu – Y más contigo – agregó, haciendo que a la chica ruborizarse.

En la noche, como siempre, se tomaron las manos, recostadas sobre el colchón del suelo, mirando la sutil luz sobre sus cabeza.

— Sabes ... No lo recuerdo, pero creo que así sería dormir debajo de la luna – murmuró Sana.

— Creo que sí – concordó Tzuyu, con una sonrisa.

Fueron largos segundos de silencio, en los que Tzuyu cerró sus ojos, creyendo que Sana estaba por dormirse también, hasta que escuchó a la menor hablar.

— Tzuyu....Tú no me dejarías sóla, ¿Verdad? 

— No, Sana – dijo Tzuyu, su tono fue monótono.

— T–Tzu.....En serio, dilo en serio.

La mayor se giró, noto las lágrimas en sus ojos y su labio inferior temblar, acercó su mano libre a su mejilla acariciando la con su pulgar.

— No te dejaré sola, nunca....Y algún día, saldremos las dos de aquí, lo prometo, y hasta entonces estaremos juntas, no voy a dejarte.

Sana sonrió, se acercó más a ella y se acurruco sobre su pecho, Tzuyu la abrazo por sobre sus hombros, dejándola reposar sobre su pecho, con una sonrisa plantada en sus labios.

𝐋𝐎𝐕𝐄𝐋𝐘  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora