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Se sintió entusiasmado cuando llegó el momento de cerrar el café, verificó que su apariencia estuviera en orden y caminó titubeante hacia el local cercano al suyo; lo único que los separaba era una bonita florería. Entró tímidamente al bar y se sintió maravillado, el ambiente era simplemente perfecto. Además le encantó que todo en el lugar era azul al igual que en su café (a excepción de ciertas bebidas, por supuesto). En realidad, las mesas y muebles se veían realmente cómodos, la música tenue hacía el ambiente aun más agradable, y las personas parecían beber a consciencia, dudó que siquiera consideraran emborracharse. El lugar le fascinó.

—Hola de nuevo, Chimon. ¿Qué debo servirte?

—No sé nada sobre preparaciones pero conozco el término —Nanon rio a la par que él sonreía. —Dejaré que escojas por mí. Lo único que diré es que me des algo con poco alcohol.

—De acuerdo.

Chimon sintió que en cualquier momento se le abriría la boca y comenzaría a babear. No pudo dejar de seguir los movimientos del más alto con la mirada como si fueran algo maravilloso; observó como su ceño se frunció levemente y su semblante se tornó serio y sumamente concentrado. Cada movimiento era ágil, fluído y audaz. Se sintió fascinado y maravillado, sonrió y aplaudió durante un par de segundos cuando el menor sonrió en su dirección y posicionó cautelosamente la bebida frente a él. Bebió el líquido azul lenta y analíticamente, le sorprendió que su sabor fuera tan agradable. Soltó inconscientemente un sonido de satisfacción que provocó una sonrisa en el contrario.

—¿Cómo estuvo? Lo hice con cariño, apuesto a que se nota porque sabe delicioso. —Chimon rio con ganas.

—Non, ¿eres así con todos los chicos que conoces?

—Imposible, no todos los chicos que conozco son especiales y encantadores como tú.

Se sonrojó y carraspeó sutilmente antes de hablar. —Vale, vale, deja de hacer que me sonroje.

—Qué adorable. —Revolvió su cabello haciendo que su sonrojo se acentuara.

—Debería irme ya, es peligroso caminar hasta mi apartamento más tarde.

—Quédate conmigo hasta la hora de cierre. Lo haré a las diez para que no sea tan tarde, ¿qué te parece? Te acompaño a casa para evitar que te pase algo.

Alzó sus cejas. —Me hablas como si fuera una pobre chica indefensa. Pero está bien, aceptaré la oferta con una condición. —Nanon lo observó fijamente esperando a que la dijera. —Quiero otro de estos, ¡saben muy bien!

Terminó bebiendo dos copas más, afortunadamente Korapat hizo lo que le pidió y la bebida no poseía mucho alcohol, por lo cual debía tomar demasiadas para embriagarse. Hablaron sobre cotidianidades y aspectos de sus vidas hasta que llegó el momento de irse y siguieron haciéndolo en el camino a su apartamento. Notaron asombrados que debían tomar el mismo camino para dirigirse a sus apartamentos, se desviaban y tomaban caminos diferentes a una distancia relativamente corta de sus destinos.

—Creo que cerraré a las diez de ahora en adelante, es una buena hora, la indicada.

—De nueve a diez aún hay personas transitando esa calle, creí que no sería así. Creo que también lo haré, tienes razón, es una hora adecuada.

—¿Estás seguro de que es por eso y no porque quieres caminar conmigo?

—¡Nanon! Por amor a todo lo bueno del mundo, qué cosas dices. —Golpeó su hombro sin aplicar fuerza realmente, sin embargo, su rostro se sonrojó en demasía, delatándolo.

—No te preocupes, quiero lo mismo.

Se miraron cómplices y apartaron la mirada un par de segundos después, con sonrisas adornando sus rostros. Chimon no sabe en qué momento ocurrió, pero al llegar al punto en que debían separarse sus manos se encontraban unidas y le costó deshacerlo. Se observaron en silencio durante un par de segundos que le parecieron horas, los ojos del más alto le resultaron la cosa más interesante del mundo y se perdió en ellos. Se tomó el tiempo de apreciar cada facción del contrario con excesiva atención y detalle. Un vehículo pasó junto a ellos y apartaron la vista al tiempo, sonrojados y repentinamente tímidos.

—Te veo mañana, supongo. —Wachirawit rascó su brazo y lo miró brevemente.

—Sí, buenas noches, Chimon. Descansa bien. —Sonrió dulcemente. El susodicho devolvió el gesto.

—Igualmente, Non.

Agitó su mano en despedida y comenzó a caminar hacia su destino. Inevitablemente giró su rostro un par de metros después y descubrió a Nanon observándolo. Rio al verlo girar su rostro rápidamente y rascar su cuello avergonzado. Realmente le parecía adorable.

❛ blue desires ❜ ⚘ namonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora