Capítulo 2:
Si había algo de lo que el mundo no podía quejarse, era del patriotismo que inundaba a los hombres ingleses. Parecía que, de alguna forma, él era el único muchacho obligado a participar de un acto tan ruín como la guerra. Todos parecían muy emocionados, sin embargo, y mientras hacían las grandes filas que separaban a las tropas según los números asignados en el lado izquierdo de su pecho, pudo ver realmente la magnitud de lo real que todo se convertía. Cientos se mostraban en el otorgado uniforme, abrazados a sus mujeres o hijos y a los que eran tan jóvenes como él, de sus madres y orgullosos padres. Nadie vino a despedirlo, y a pesar de ya haberselo esperado, eso hizo que su corazón se encogiera dentro de su pecho. Creció junto a su padrastro, pue su padre murió meses después de su nacimiento, por lo que conocía como la palma de su mano a aquel malhumorado hombre. Recuerda a la perfección el terror que le tenía de niño, pensando que aquella persona era un ogro o un ser malvado que no le permitía jugar ni hablar en la mesa mientras comía. Nunca le puso una mano encima a su madre o alguna de sus hermanas, gracias a Dios, porque Louis temía no poder hacer nada más que arder en furia gracias a su débil contextura, pero si fue duro con él bajo la excusa de convertirlo en el hombre que debió ser desde el principio.
Mark es un hombre terrible, lo sabe a la perfección, pero aun así comprende que algo malo habita en Louis, y eso se palpaba desde su desarrollo hasta la actualidad. Lo siente cada vez que hablaban de matrimonio frente a él, o en cada posible pretendienta que hacía brillar los ojos de su madre por la ilusión, mientras que en su interior se lideraba la peor de las batallas. No podía odiar a Mark del todo, porque incluso luego de mandarlo a su propia tumba, Louis siente muy dentro suyo que es el castigo que se merece.
Negó suavemente, deseoso de esquivar los oscuros pensamientos que oscurecían su corazón, y percibe que poco a poco las tropas están más organizadas. Todos ya usaban sus uniformes, y por desgracia el suyo le quedaba ridículamente grande y holgado. Él se encontraba en su grupo desde el principio, formando una fila que comenzó con apenas tres personas hasta hacerse de cincuenta hombres de distintos tamaños y edades. Todos ellos ya se estaban hablando entre sí, excepto unos cuantos, y sintiéndose completamente ajeno de las amistades que comienzan a forjarse a su alrededor, desvió su mirada hacia un distinto escenario que se reproducía no muy lejos de donde estaba.
Era el hombre que le habló tan rudamente en las inscripciones; el mismo General Styles. Este era abrazado fuertemente por una joven muchacha, y acariciaba su largo cabello mientras la misma lloraba en su pecho. Mantenía un rostro inexpresivo, casi insensible a las lágrimas de la rubia y, por lo que se observaba, muy hermosa mujer que velaba por su salud. A su lado un muchacho de una fuerte complexión y cabello rojizo se encontraba cruzando los brazos con un gesto serio y atento a todo lo que sucedía; Louis se permitió a su mismo detallar su (bien parecido) rostro hasta que sus ojos se cruzaron, de inmediato obligándolo a bajar su rostro hasta sus propios pies.
El General Styles. Creyó su nombre conocido de algún lado, y solo le tomó un par de horas recordarlo; Mark adoraba a ese hombre. Siempre oía cosas como "el General asesinó a 200 hombres con nada más que dos escopetas" o "escuché que las personas ni siquiera lo miran a los ojos cuando deben hablar con él". Desconocía si las leyendas que oyó son ciertas; en los pequeños pueblos, como el suyo, cada pequeña cosa era infinitamente más interesante y dramático que lo que realmente era, pero de todas formas, algo no cuadraba. Cada vez que una historia le era contada, se hacía referencia a un hombre mayor, casi por retirarse creyó oír. Por eso no coincidió con el joven, aunque aterrador, que estaba no muy lejos suyo.
"Será un muy feliz matrimonio, ¿no lo crees?" Pronunció una sarcástica voz por detrás, haciendo que Louis soltara un avergonzado jadeo por ser encontrado espiando. Sin embargo, se siente completamente aliviado al ver la amable sonrisa del responsable de cortar con el rollo de pensamientos que se estaba formando. Se encontró cara a cara con un chico de su edad, su cabello rubio como el sol y sus ojos de un celeste más claro que los suyos; era delgado, casi tanto como él, y extendía una mano que no dudó en estrechar. "Niall Horan, es un placer."
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Los tulipanes de Somme | Larry
Fanfic1915. Inglaterra. La primera guerra mundial estaba en su punto máximo, y el reclutamiento militar voluntario era cada vez más popular entre los jóvenes. Louis Tomlinson no sabe a qué accede con exactitud en el momento en que es enviado por su padr...