Despertar

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Si ya de por sí, era un horror despertar y saber que aún esta guerra no ha terminado, imagina despertar con un dolor desgarrador e indescriptible, tenia ganas de abandonar esta desgracia y regresar a mi hogar, pero no, eso no es una posibilidad, el honor en mi país es algo que se cuestiona bastante y en esas circunstancias solo hay dos formas de regresar a casa, en una bolsa para entregar tu cádaver a tus familiares y en un estado tan grave el cual no te permita ni siquiera acuchillear a los enemigos.

Me cuesta tanto esfuerzo hacer algo tan sencillo como lo es abrir los ojos, pero a decir verdad no tenía ninguna ancias de poder abrirlos y mirar a mi alrededor, no quería afrontar la realidad que llevaba meses arrastrándome, mi nariz estaba tan acostumbrada al olor de la pólvora que no distinguia otro más, las muertes, debía ver  a mis compañeros y compatriotas morir a diario y tenía que asesinar personas sólo por sobrevivir, mientras que esos cobardes sólo dan las ordenes desde el sillon de sus casas, es un poco irónico, nosotros tenemos las armas, el entrenamiento y obedecemos a una persona que nos envía a la guerra, con la estupida excusa de patria y honor a la nación.

Tengo la mente en blanco, hago un mísero intento por recordar la razón por la cual estaba tan adolorido, aún sigo sin separar mis párpados, todo esto es confuso, a mi mente solo llegan imágenes las cuales asumo deben ser los recuerdos, !como quisiera que todo eso sea solo una horrible pesadilla¡, pero no de repente me invaden los recuerdos de mis compañeros gritando "RETIRADA, RETIRADA", estas palabras resonaban en mi cabeza, invadiendo mi subconnsciente como si de una canción se tratase.

Los recuerdos bombardeaban mi mente, llegando uno tras otro, y justo cuando me iba a dar por vencido, llegó ese recuerdo de esos hermosos ojos, esa mirada tan indescifrable y de inmediatamente mi mundo tomó sentido de nuevo, devolviendome toda la esperanza y deseo de levantarme, pues ya tenía un motivo para vivir " conocer el rostro que me ha atormentando".

Abro los ojos lentamente, con solo dos cosas en mente, el temor de estar bajo manos enemigas y la esperanza inédita de ser esos ojos, de quien no conozco dueña los que me reciban al despertar. Un semblante de decepción fue el que adquirió mi rostro justo al momento de despertar, ignorando el dolor en el cuerpo, giro la cabeza para todos los lados y me encuentro en un especie de campamento justo en medio de la nada.

Reúno fuerzas para ponerme de pie y le echo un vistazo a mi alrededor, sólo veo arboles a la redonda, estoy en una especie de cabaña, ¿Qué se supone que es esto?, pienso para mis adentros, el lugar era todo lo contrario a acogedor, parecía una sala de tortura, me dispongo a salir a buscar alguna señal o algo que me indique donde rayos me encuentro o donde están mis compañeros( a decir verdad, ellos eran lo que menos me preocupaba), decidido a encontrar una repuesta a como de lugar, me dispongo a caminar sigilosamente, adentrándome en lo que al parecer es un bosque.

Frío y dolor es lo único que acompaña mi cuerpo en estos momentos, y una sensación de tristeza y soledad que recorria todo mi ser, la soledad la entiendo, pues me encuentro en medio de la nada, a mi alrededor sólo se ven arboles y mas arboles, a los lejos se escuchaban los bombarderos, disparos, y gritos desgarradores de los soldados de ambos lados, eran sonidos a los que debía estar acostumbrado, pero a decir verdad no lo estaba.

Cansado ya de caminar y caminar miles de metros sin encontrar nada que me indique el lugar donde me encuentro, decido darme por vencido, abandonar mi búsqueda y echarme como un moribundo a esperar mi muerte, puesto que no tenia ancias,  ni energias para seguir adelante, es increíble las veces, que he abandonado toda esperanza de seguir viviendo y luchando esta absurda guerra sin sentido, sólo por demostrar fuerza y poder, pero irónicamente aún sigo de pie, aferrandome a la más misera esperanza de que esta horrible desgracia acabe de una vez por todas.

Recuesto el cuerpo al tronco de un árbol, y de inmediato mi mente se bombardea de recuerdos, llegan los recuerdos de mi infancia, los juegos con mis hermanos, los regaños de mis padres, los momentos de diversion con mis amigos en el vecindario, épocas donde éramos felices e ironicamente nuestro mayor sueño era crecer, independizarnos, "hacernos millonarios" y formar una familia, típico cliche de todo niño, y qué ingenuos fuimos al creer que todo era así color de rosa como nos los imaginábamos.

Estaba tan ido en mis pensamientos que no noté en el momento en que se paró ante mí, esta persona la cual no puedo definir nada más, aparte de su silueta femenina, y su vestimenta tan caracteristica de la cultura de medio Oriente.

Mi corazón es el primer órgano en reaccionar ante esta presencia, pues esboza de emoción al saber que por fin conoceré la identidad de quien ha sido dueña de mis pensamientos hasta cuando estaba inconsciente, y mi cerebro y sentido de alarma son los segundos en notar que es una presencia enemiga la que tengo en frente.

Inmediatamente me pongo de pie y en posición de defensa, pues a pesar de ser quien rondaba mis pensamientos la persona que estaba enfrente a mí, no podia ignorar el hecho de que aún seguía siendo parte de los enemigos.

Duramos unos minutos en total y pleno silencio por parte de los dos, sólo habían miradas, pues sus ojos son lo único que puedo apreciar de su cuerpo, me sentía extraño, es primera vez que pasaba por una sensación como la que sentia en este momento, sí era cierto, ella es de Arabia y yo de Estados Unidos, estamos en guerra y las últimas personas en las que debía confiar era en mis enemigos de guerra, pero todo era distinto, ESA MIRADA PENETRANTE HACE TITUBEAR MI LADO PENSANTE.

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