Fiesta

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Mi mirada caía por décima vez sobre el espejo que tenía enfrente mío, no me convencía del todo la idea de vestirme exactamente igual que siempre aunque era mi ropa favorita sin ninguna duda.

-Debí haberme comprado algo para la fiesta...

Arreglé un poco mi cabello arrepintiéndome casi al instante, estaba seguro que despeinado me veía mucho mejor que con todo el cabello peinado hacia atrás, me veía mucho más serio y mayor de lo que en realidad era.

Negué rápidamente y me alborote mi pelo logrando algo más cercano a lo que quería; ya lo que traía puesto lo dejaría así, no sabía que más ponerme y ya se me había hecho tarde por una hora para la fiesta, no podía perder más tiempo.

Tomé el regalo de Naruto, mis llaves y mi celular antes de salir de mi apartamento y comenzar a andar hacia el de mi mejor amigo. El vivía relativamente cerca así que decidí ir caminando hasta ahí, no me llevaría más de veinte minutos, además... Me haría la idea de volver a verlo nuevamente como un amigo y nada más que eso...

Mentiría si ese pensamiento no siguiera removiendo un sentimiento de tristeza dentro de mi pecho; inclusive me sentía patético por no poder haberlo enterrado a pesar de que ya llevábamos tiempo alejados el uno del otro.

-Si alguien fuese capaz de leer mis pensamientos diría que soy patético por tener sentimientos unilaterales hacia mi mejor amigo.

Reí de manera nostálgica y me aferré más a la caja de regalo que tenía entre mis manos, para mí sorpresa, en ese mismo instante sentí como posaron de manera algo brusca una mano sobre mi hombro derecho. Al instante me puse a la defensiva y me giré para ver quién había hecho eso sintiéndome indefenso ante la persona que ahora me veía de manera superior y con una sonrisa ladina algo creída.

-Ten por hecho que lo haría.

-No tenías por qué escuchar eso.

-Si embargo lo hice... Aunque siendo honesto, ya sabía eso.

-¿De que hablas?

-Por favor Gaara, solamente si fuera Naruto no me daría cuenta que te gusta, llevas años a su lado y el no lo nota... Todos los que estábamos cerca de ustedes lo sabíamos.

-Jamás di indicios de que el me gustará, no existe motivo alguno para que tú supieras de eso.

-Por favor... Siempre lo mirabas, solamente lo seguías de un lado al otro y la admiración reflejada en tus ojos jamás se veía con otra persona, no me hagas reír.

-¿Quién más lo sabe? 

-La verdadera pregunta es: ¿Quién no lo sabe?

Me quedé callado ante su respuesta, más que nada por qué ya ambos estábamos parados frente a la puerta del apartamento que teníamos como destino, había desperdiciado mi tiempo de reflexión a su lado y lo peor, aún me tenía sujeto del hombro.

La música se escuchaba de manera estridente desde el otro lado de la puerta logrando una mueca en mi rostro, prefería los lugares más silenciosos, eran más cómodos; al parecer un vecino pensaba igual a mi, pues en cuestión de segundos ya tenía a un anciano al lado mío tocando fuertemente la entrada con expresión de fastidio y cansancio. El cerrojo hizo un ligero ruido y tras unos instantes la puerta se abrió dejando ver a un radiante y sonriente Naruto que hizo que mi corazón se acelerase.

-¡Abuelo! ¿Ha venido también a felicitarme?

-Solo quiero que le apagues a tu ruido niño, intento dormir.

-Oh... Lamento haber molestado señor Hiruzen, en seguida le bajó.

-Mas te vale... Feliz cumpleaños Naruto.

El armarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora