Después de dejar a YiXing en su casa y acompañarlo de manera segura hasta la puerta, JunMyeon besó a su nuevo compañero en los labios. —Asegúrate de cerrar las puertas, esperaré aquí hasta que escuche los cerrojos.
—Es muy agradable de tu parte que te preocupes, pero sé cuidarme solo.
JunMyeon no cuestionaba las habilidades del hombre, pero dudaba que YiXing hubiera estado en realidad en un altercado físico antes. Era demasiado pasivo para algo como eso. Como pareja y consorte del heredero al trono, no era seguro para él quedarse solo. Era algo que tenían que discutir pero, por el momento, solo se aseguraría que sus guardias permanecieran bien escondidos hasta que hubiera algún problema.
—Estoy seguro que eres más que capaz, pero no me detendrá de ser protector. —Esperó a que YiXing abriera la puerta, después le dio un pequeño empujón dentro, escuchando con atención los ruidos de la noche, buscando por algo que no debería estar ahí.
YiXing se detuvo justo después del umbral y se volteó, ofreciéndole una pequeña sonrisa torcida, que hizo que el estómago de JunMyeon se agitara y su pene se sacudiera. —Gracias por traerme a casa. Te veré mañana en la noche.
—Ya quiero verte. —Tal vez se olvidaría de los guardias y se quedaría él mismo a cuidarlo. La idea de dejar a YiXing solo no lo hacía sentir bien, volviéndolo ansioso y paranoico—. Buenas noches, Xing.
El chico le ofreció otra sonrisa, balanceando la cabeza una vez y comenzó a cerrar la puerta. —Adiós, JunMyeon.
—Oh, ¿Xing?
—¿Si?
—No invites a nadie a entrar, ¿está bien?
YiXing lucía confundido pero asintió y de nuevo calladamente cerró la puerta. JunMyeon esperó hasta que escuchó el cerrojo colocarse en su lugar, justo como lo había prometido, y luego se apresuró hacia su carro. Deslizándose de lado del conductor en el asiento pulcro de un Jaguar blanco XJL, no pudo evitar más el sonreír ante la ironía. Había otro pequeño jaguar —una pantera negra para ser precisos— en el cual quería deslizarse dentro, pero eso tendría que esperar.
El solo pensamiento de que sería el primero y el único en explorar el cuerpo de YiXing, trabajarlo, introducir al hombre en todas las alegrías y placeres del sexo, era suficiente para hacer que su pene se hinchara hasta el punto de que doliera. Aunque acordó en tomar las cosas despacio, y nunca había roto su palabra.
Sacando su celular de su bolsillo, marcó rápidamente mientras manejaba lejos del club y volteaba el carro hacia su casa. Como siempre, su llamada fue contestada al segundo tono.
—Necesito a dos guardias de día para que cuiden a Zhang YiXing. —Dijo la dirección de su pareja de su casa y la de su trabajo—. No deben ser vistos. No quiero que nadie se entere que YiXing está siendo vigilado, ni siquiera él, ¿entendido?
—Sí, señor, tendré a dos hombres ahí al amanecer. ¿Alguna otra cosa?
—¿Qué estás haciendo ahora mismo?
—Lo que sea que necesite que esté haciendo.
JunMyeon sonrió mientras aceleraba en las calles de su vecindario del este de la ciudad. Kim MinSeok había sido su mejor amigo por más de ochenta años. —Deja la palabrería, idiota.
Su amigo se rio, profundamente, un sonido rico en un barítono que sonó por el teléfono. —Bien, ¿qué demonios quieres?
—La primera dirección que te di, ¿puedes estar ahí en cinco minutos?
—¿Y qué se supone que haré ahí cuando llegue?
—Solo quiero que lo tengas vigilado el lugar por si sucede algo sospechoso, necesito estar en otro lado, pero no me tomará más de una hora u hora y media a lo máximo.