Introdujo su lengua ansiosa en mi boca y la mía la recibió con la misma inquietud. Puso ambas manos en mis glúteos y yo lo envolví con mis piernas, me cargó y comenzó a caminar conmigo mientras yo le lamía el cuello, sentí que mi espalda chocaba con una puerta y como pude la abrí volviendo a besarlo, entramos y me colocó sobre una superficie fría. Se separó, encendió una tenue luz y cerró la puerta, entonces me di cuenta que estaba sentada encima de una lavadora dentro de un pequeño cuarto.
Volvió a mi lado y me besó desenfrenadamente mientras sus manos soltaban las tiras de mi pantalón, le ayude a bajármelo al igual que mi ropa interior, y le quité la parte de arriba de su pijama, le besé y lamí el torso desnudo olvidándome completamente de donde estábamos. Él terminó de desnudarme y me besó los pechos en tanto yo bajaba su pantalón y su bóxer, antes de quitárselo por completo sacó un condón y se lo puso entrando en mí con urgencia.
Me besó para ahogar mi gemido y se movía con rapidez en tanto yo lo rodeaba con mis piernas aprisionándolo. Se separó de mis labios y nuestras narices se rozaban, nos mirábamos a los ojos mientras él seguía moviéndose en mi interior, nuestros gemidos se mezclaban y ambos sonreíamos sumergidos en el enorme placer que estábamos sintiendo, no existía nada más en ese momento, sólo él, yo y el fuego de la pasión. Sentí como llegaba al orgasmo y él me besó para callar el grito que emitiría, hizo los últimos movimientos y alcanzó el éxtasis total sin dejar de besarme. Nos abrazamos y sentí su pecho agitado en el mío.
- Nadie te ha hecho vibrar como yo y nadie jamás podrá hacerlo, soy el único que conoce el mapa de tu cuerpo y sabe exactamente qué lugares tocar y cómo hacerlo - dijo mientras me abrazaba y acariciaba mi espalda.
- Lo sé, lo sé y me asusta - acepté avergonzada.
- No tienes nada que temer Hermione - respondió separándose sólo lo necesario para mirarme.
- Esto es una locura, Draco.
- Sí, la más maravillosa que he cometido en toda mi vida.
Puse mis manos en su rostro y lo besé delicadamente, él me correspondió de la misma manera, después de unos minutos nos separamos y comenzamos a vestirnos en silencio. Cuando iba a abrir la puerta él me jaló de un brazo haciéndome voltear.
- No permitas que te toque, por favor.
- Y tú prométeme que no la tocaras a ella.
- No estamos en la misma habitación, te repito que sólo somos amigos, en cambio, yo no podré dormir sabiendo que compartes la cama con él.
- Sólo será para dormir, lo prometo - le di un ligero beso y salí de ahí.
Crucé lentamente la cocina y la sala sintiéndome en las nubes, jamás me imaginé que esa aventura fugaz de lejos y en verdad me asustaba lo que estaba sintiendo, al menos para mí estaba dejando de ser sólo sexo, mi corazón estaba por quebrantar completamente la tercera regla. Subí cuidadosamente las escaleras y al llegar al último escalón vi que Astoria salía de mi habitación.
- ¿Astoria? - exclamé mirándola desconcertada - ¿qué hacías en mi cuarto?
- Ay Hermione, me asustaste, es que esa habitación es la que ocupo normalmente y como soy muy sensible para la luz, necesito dormir con antifaz y entré por el que siempre guardo en el cajón de la mesita de noche - aclaró y me lo enseñó - toqué la puerta y como nadie me contestó entré, pensé que Theo y tú habían salido a dar un paseo nocturno - agregó con una sonrisa pícara.
- ¿Theo no está en la recámara? - pregunté sorprendida.
- No, no hay nadie, ¿dónde estabas tú?
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Mi ardiente tentación (adaptada)
RomanceTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Hermione en su primer encuentro, pero ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra?