Desde otra perspectiva

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Bucky se quitó el gorro y lo arrojó al suelo, molesto

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Bucky se quitó el gorro y lo arrojó al suelo, molesto. Detrás de él se oyeron unas gruesas y burlescas risas, lo cual lo fastidió aún más.

—Idiotas —murmuró, bufando.

Habían pasado unas semanas desde su llegada a aquel campamento. Ser asignado al Regimiento de Infantería 107° no le había interesado en lo absoluto. Ni siquiera se había enlistado, pero cuando fue reclutado no tuvo otra opción más que ir. El ejército no era lo suyo, él prefería salir con las bellas damas de Brooklyn o pasar tiempo con su mejor amigo de toda la vida, Steve Rogers. Cualquier cosa era mejor que estar con aquellos idiotas que llamaba "camaradas".

No era ningún secreto que sus compañeros no les agradaba mucho, aunque tampoco los odiaba. Simplemente ellos eran muy diferentes a él. Eran toscos, molestos y burlescos. Bucky, en cambio, era un joven coqueto, tranquilo y bromista. No encajaba con sus compañeros y hacía un esfuerzo por ignorarlos, pero no siempre resultaba. Esperaba que fuera cuestión de tiempo para que pudiera estar con ellos sin tener que estar contando el tiempo para marcharse.

Con sus manos acomodó su cabello y luego alisó su uniforme, el cual consistía en un pantalón y una simple camiseta de mangas largas. No era uno formal, más bien era uno de entrenamiento ya que había estado practicando en el campo de tiro, junto con los demás. Le sorprendió descubrir que en realidad era muy bueno con las armas. Tenía una buena puntería y sabía perfectamente cómo agarrar un arma.

Parecía que se había dedicado a ello toda su vida.

Caminó tranquilamente hacia la entrada del campamento, preparándose para lo que se venía.

Había oído que un nuevo teniente llegaría y reemplazaría al teniente Dante. La idea le gustó de inmediato. Bucky pensaba que Dante era un viejo estirado y no le agradaba mucho. Además odiaba cuando este les gritaba e insultaba por no hacer bien un ejercicio, era un abusivo. En fin, Bucky odiaba estar en la 107°.

Cuando sus compañeros comenzaron a hacer bromas pesadas en el campo de tiro, decidió que tal vez sería mejor ir a recibir al nuevo teniente. Sabía que Dante no lo haría, era muy odioso como para hacerlo, y sus compañeros preferían seguir jugando sus juegos sin sentidos. Así que Bucky decidió darle la bienvenida a aquel nuevo teniente.

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