CUANDO

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A las puertas de un orfanato llegaron dos canastas, una tres años después de la otra, pero fueron recibidas con el mismo amor.

Los niños dentro del lugar saltaban y jugaban mientras esperaban la cena.

En los brazos de la Madre mayor, llega el nuevo miembro de la familia, un niño con esponjosas mejillas y cabello brillante cómo el sol.

Una vez la cena se terminó un pequeño azabache, tímido, se acercó a la Madre con suma curiosidad, en todo su tiempo en el orfanato nunca llego a ver a un bebé. La Madre que se mantenía sentada en un sillón, amamantando al pequeño con un biberón, se sorprendió al ver a un costado unos ojos gatunos que observaban cauteloso.

--Puedo verlo—susurro más para él mismo, pero por el silencio del lugar la madre logro escucharlo.

--¿No deberías estar envuelto en tu cama? -- cuestiono tranquila para no despertar al bebé, Yoongi solo la miro y no dijo nada más. La Madre al comprender la curiosidad del pequeño, bajo los brazos y moviendo suavemente la tela, le mostro el rostro del que se convertiría en su mejor amigo.

Los años pasaron, y eso sólo reforzó el cariño entre ellos, Yoongi le había enseñado a caminar y leer a Jimin, y por otro lado el menor le ayudo con su timidez, a ya no encerrarse en su mundo.

En ocasiones se metían en problemas, jugaban bajo la lluvia sin permiso, compartían cama, aun que estaba prohibido, hacían pijamadas, pero la mayor travesura, que siempre que podían cometían, era alejarse más de lo debido del orfanato, pero como se podía evitar si a tan solo veinte pasos, dos saltos y tres vueltas estaba una laguna llena de lindos peces y piedras bonitas.

--Hay algo en el fondo Yoongi ¡Sácala! --grito animado un Jimin de siete años, Yoongi giro en su sitio y con los ojos comenzó a buscar, después de unos segundos por fin lo pudo visualizar.

--No sé si lo podré alcanzar...—dudó, pero Jimin, siendo el niño dinámico que era, comenzó a buscar una rama.

--Sácala con esto, se ve muy brillante, te apuesto que es oro--en la cabeza de Yoongi pasaron imagines de su vida si es que eso fuera realmente oro y con mucho más entusiasmo se inclinó con la rama e intento alcanzar ese objeto brillante.

En el momento que logro atraparlo se dio cuenta lo inclinado que estaba, justo cuando pensó que ese sería su final, sintió unas manos en su cintura que jalaban en sentido contrario para que no callera, provocando que esa cosa volara por los aires y Yoongi caiga aplastando a Jimin.

Una vez en el suelo, con el aire en sus pulmones y su respiración regulada, fueron a ver dónde había caído el objeto, Jimin fue quien lo encontró primero y se sorprendió al ver que se trataba de un collar.

--no sé si sentirme estafado o feliz ya que parece nuevo. -- menciono Yoongi mientras se cruzaba de brazos, Jimin, que se encontraba en el suelo sosteniendo el objeto, lo miro y solo sonrió.

--me gusta, ahora tengo uno igual al tuyo o al menos algo parecido-- eso le saco una sonrisa a Yoongi, sonrisa que intento ocultar girando en sus talones y caminando de regreso, no quería que los dejen sin cenar por llegar tarde. Jimin al ver que Yoongi se alejaba, se incorporó, limpio sus rodillas y salió corriendo saltando en su espalda y haciendo que el mayor lo cargue hasta llegar.

El collar del que Jimin hablaba, era del collar que dejaron el en cuello de Yoongi en el momento que lo dejaron en el orfanato, decía que solo lo abriera cuando fuera mayor de edad, en todos esos años Yoongi nunca se lo quito, ni cuando se bañaba o dormía, sin importarle mucho que lo hubieran abandonado... Al menos le dejaron algo a comparación a los otros niños, incluyendo a Jimin.

Orfanato -Yoongi/Jimin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora