Cap XII: Leo Pugna

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««Adam: Tomar una decisión no es tan simple como lo quieres hacer ver».

«Noelle: Sólo usas los puntos importantes de cada opción y los comparas para ver cuál es la mejor. No es necesario tener en cuenta otros aspectos que son irrelevantes».

«Adam: ¿A qué te refieres con "irrelevantes"?»

«Noelle: Como debes saber, mis decisiones se basan exclusivamente en análisis y cálculos lógicos que me permiten alcanzar el resultado más útil según la necesidad. Por el contrario, ustedes los humanos se ven condicionados por sus sentimientos, originados ya sea por factores de su fuero interno o por la incidencia de otras personas, objetos o demás causas externas».

«Adam: Bueno, entonces teniendo claro eso, ¿qué crees que puede hacerse para que, aún con esas emociones, un humano pueda hacer menos conflictivo el hecho de tomar una decisión?»

«Noelle: Considero que es necesario mencionar algunos puntos relevantes para responder a tu pregunta, y así darte el mejor consejo posible. Lo primero es precisar que la toma de decisiones se ve condicionada por el miedo, que puede observarse en tres formas».

La calefacción del supermercado combatía la fría tarde que anunciaba la llegada del invierno, que, según los pronósticos, sería uno de los más fuertes de la última década. El distrito comercial estaba abarrotado de gente y ahí, entre el bullicio, la gran discusión seguía su curso.

«Noelle: El primero es el miedo a tomar una decisión que pueda considerarse "incorrecta" porque sus consecuencias podrían verse representadas en pérdidas; sea de dinero, objetos o personas, además de no obtener las cosas buenas que, se supone, traería el tomar una decisión diferente».

«Adam: Es un concepto bastante materialista».

«Noelle: Pero también es el temor más recurrente que se puede observar en ustedes».

«Adam: ...»

«Noelle: Continúo. El segundo punto a mencionar tiene que ver con el miedo a cometer un error que afecte la imagen o valor ante otras personas. Esto significa que se le teme a elegir algo que los haga quedar mal ante los ojos ajenos, creyendo que la mala decisión puede hacer que sean señalados como indignos de recibir afecto, apoyo o cualquier otro aspecto emocional. A causa de esto, las personas pueden llegar a dejar de tener en cuenta las variables realmente importantes sólo por tomar una decisión que les otorgue la aprobación de los demás».

«Adam: Entiendo, aunque no deja de ser algo bastante superficial».

«Noelle: Si, realmente lo es. Pero bueno, dicho lo anterior, llegamos al tercer y último factor influyente, y el que realmente es más complejo de explicar, pues se basa en una necesidad que tienen ustedes de sentir que pueden controlar el futuro de sus acciones».

«Adam: ¿Eh? ¿Qué quieres decir?»

«Noelle: Este temor está relacionado con el miedo a tomar una decisión que los obligue a enfrentar una nueva e inesperada situación, o que simplemente esté por fuera de cualquier plan que se tenga. Eso los llevaría a evaluar, en un tiempo corto e insuficiente, todos los posibles imprevistos que pueden nacer al elegir algo, tomando desde los detalles más simples hasta las posibilidades más ilógicas y exageradas».

«Adam: Hmm... ya veo».

«Noelle: Cuando estos temores se combinan, llevan a la persona a cuestionarse al máximo cada decisión que debe tomar. En algunos casos, el hecho de preguntarse tanto qué podría suceder en caso de elegir X o Y opción, los conduce a un estado de confusión en el que intentan controlar los hechos venideros. Esto último es claramente imposible ya que no están al tanto de qué es lo que sucederá en el futuro, y por lo mismo no conocen la realidad del camino que tomarán».

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