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PUM. 

Un enorme fajo de documentos cayó delante de sus narices, un poco más a la izquierda de su escritorio, para ser más exactos. 
En lo alto de estos, las viejas manos del jefe de departamento mantenían la torre de nuevo trabajo en equilibrio. Al dejar caer su mirada sobre la seria expresión del mayor, este comenzó a demandar. 

— Joven Han, aquí les dejo los informes sin completar de nuestros servicios publicitarios del primer trimestre a las empresas solicitantes. Solo están los nombres de estas, de la contabilidad y registro de ello al ordenador os encargais vosotros. 

Su jefe giró la cara, mirando por encima del hombro a otro de los trabajadores de esa plantilla, el más cercano al asiento de Han, para cerciorarse de que le prestaba también toda su atención. 

Jisung también estiró su cuello y movió un poco su silla de chirriantes ruedas para poder ver mejor cómo Minho sacaba la cabeza de detrás de su ordenador para dar su correspondiente asentimiento ante dicho pedido y para, levemente, conectar una afable mirada con él. 

Jisung se quedó en esa posición.

—Ah, se me olvidaba —, continuó el jefe volviendo su cabeza de nuevo hacia su dirección. —A medida que pasen los documentos notaréis que las fechas cambian a los próximos meses. — Jisung pudo ver al fondo, detrás de su jefe, cómo Minho abrió los ojos en demasía y formuló una mueca de labios abiertos y comisuras tirando hacia abajo. —¿Qué os parece si además adelantamos un poco ese trabajo, eh, jóvenes?—. A proseguir con su cómico e infantil acto, su compañero llevó el dedo índice al extremo de su cuello simulando un corte para lentamente cerrar sus ojos y sacar la lengua. Muerte por degollación. Sí. —Lo quiero para antes del viernes de la siguiente semana. 

Dejó de mirar a Minho, e intentar guardar la sonrisa que amenazaba con escaparse de sus labios rápidamente, en cuanto sintió un peso dejar su mesa donde antes habían estado apoyadas las manos de su jefe, el cual se incorporó para dirigirse de nuevo a su despacho al fondo del pasillo soltando un 'manos a la obra, muchachos'. 

Al volver a posar su mirada en dirección a Minho, este mantenía sus ojos conectados con los suyos y su típica lánguida sonrisa. Que si no fuera por estar acostumbrado a ella, le erizaría el vello de la nuca. 

Aunque le seguía poniendo las orejas calientes.

Para distraer el enrojecimiento, Jisung comprobó si tenía mensajes en la bandeja de entrada de su teléfono. Vacía. 

Minho hizo otra mueca más. Esta vez de labios comprimidos, mientras cogía una de las bolitas de papel que tenía regadas por todo su escritorio para jugar a lanzarla hacia arriba y atraparla en el aire mientras sonreía, ahora con dientes y todo. 

— ¿Qué? — le preguntó Jisung sin más, olvidándose de los honoríficos como cada vez que se quedaban solos. 

Tres muecas graciosas en pocos minutos era algo para lo que quedarse perplejo viniendo del siempre neutro rostro de Lee Minho. De hecho, se le solía conocer por tener como lema 'no me toques los huevos si quieres que te vaya bien'. 
Eso no quería decir que Minho no fuese amable e incluso sarcástico con todos sus compañeros, pero siempre había un límite que él mismo se encargaba de señalar bastante bien. Límite que no le importaba que su compañero de plantilla Jisung se saltara. A fin de cuentas, era a quien más aprecio le tenía en el curro. Y algo más.

El pequeño Sung, que se enfadaba cada vez que le recordaba lo adorable que era ante sus ojos. 

— El destino quiere que volvamos a hacer equipo, Sungie. 

Jisung rio ante la ocurrencia de su mayor. Siempre habían formado equipo para hacer estos arduos trabajos. 

Todos en la plantilla estaban acostumbrados a que, si Jisung recibía cualquier tipo de encargo, Minho se acercaría a él para resolverlo juntos como si fuese una ley no escrita. 

I SHOULD LOVE MYSELF   {Minsung's fanfic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora