Una mañana normal, como cualquiera en la vida de ella, Aitana Ocaña. Una adolescente de 17 años, que vive con sus padres. Como cualquier otra adolescente.
Se despertó con el sonido de su alarma, con mucho sueño se levantó y se dirigió al baño. Se ducho, al salir, se enrollo el cuerpo en una toalla. Se arregló el flequillo que tanto la caracterizaba. Volvió a su cuarto y optó por unos vaqueros y una camiseta roja. Salió nuevamente de su cuarto hacia la cocina, su madre estaba ahí con el desayuno encima de la mesa, desayuno unas tostadas con Nutella y una manzana con miel, le encantaba la miel, además de un cola cao. Charlaron un poco hasta que la joven del flequillo se fue a su instituto donde estudiaba bachillerato.
El camino se le hizo ameno, tampoco estaba muy lejos, vivía a 10 minutos andando. Fue escuchando música con sus auriculares.
Al llegar saludó a Marta, su amiga de toda la vida. Fue a clases dónde se aburrió muchísimo. Después de acabarlas se fue a casa.
Al llegar comió junto a sus padres, subió a su cuarto. Miro su teléfono, tenía un mensaje de su novio, Vicente:
Hola cosita ❤️
Hola, cómo estás guapo?
Bien y tu?
Como siempre
Esta tarde quieres ir a dar una vuelta?
De acuerdo 😘
Guardo su teléfono en su bolsillo trasero y trato de concentrarse en sus deberes, pero le era casi imposible concentrarse. Desde hacía unos meses ella pensó que su vida era todos los días igual, se le pasó la idea por su mente cuando su tío falleció, que se moriría haciendo todos los días lo mismo. Ella estaba preocupada al respecto, pero decidió no comentárselo a nadie, no le gustaba preocupar a la gente.
Después de ese rato tan largo, Marta que vivía cerca, fue a ver a su mejor amiga. Estuvieron un rato hablando de todo, las clases, los cotilleos, ... Hasta que una llamada de Vicente las interrumpió:
- Hola cosita, ¿quieres que vayamos ya a dar una vuelta? - le dijo el chico cuando Aitana descolgó el teléfono
- Si, claro
- Voy a tu casa, estate lista. Y ponte el vestido blanco que tanto me gusta. Adiós. - el catalán colgó el teléfono
Marta miro a su amiga, ella no aprobaba su relación con Vicente por lo controlador que él era con ella, pero a Aitana se le veía feliz, por lo que ella no dijo nada al respecto.
Aitana después de hacer caso a su novio, se puso un vestido blanco con unas zapatillas de vestir y un bolso negro. Se despidió de Marta en su rellano, y a los pocos minutos llego Vicente. Comenzaron a caminar por las tan familiares calles por las que la catalana iba todos los días.
- Que guapa, aunque me gustan más tus otras zapatillas
- No se, me he puesto las primeras que he pillado
El silencio se instaló entre ellos hasta que Aitana rompiendo ese silencio, le comento lo que tanto miedo le daba desde hacía unos meses, uno de sus miedo más íntimos.
Vicente le miró y le respondió:
- La tranquilidad tampoco está tan mal, a mí me gusta mi vida asi, ¿ a ti no? - respondió el catalán
- Y a mí también que me gusta así, pero me encantaría hacer cosas nuevas
- Pues no se Aiti, a mí me gustan estas cosas, pasear, hablar,... Lo de siempre
- Y a mí, pero no es eso, mira da igual - la catalana miro hacia otro lugar arrepentida de sacar la conversación
- Pero no te enfades - le dijo el catalana rodeándola con el brazo
- No me enfado, pero, ¿tu quieres estar toda tu vida en Barcelona, con tu trabajo de camarero para toda la vida, no quieres tener aventuras, hacer cosas nuevas que puedan encantarte más de lo que te gusta tu vida así? - le dijo rápido la catalana volviendo a mirarle
- Me gusta esto así, además, ¿que tienen de malo mi trabajo? - dijo ofendido el catalán
- No es eso, mira da igual vamos a dejarlo - dijo la catalana obviamente enfada, lo cual provocó enfado en su novio
Genial, esta noche le he confesado uno de mis mayores miedos a mí novio y estamos enfadados, no podría haber acabado la noche, pensó para ella.
Después de estar en el cine un poco tensos para que engañarnos, volvimos a mí casa y me tumbe en mi cama.
Otro día más en mi aburrida vida
ESTÁS LEYENDO
Te Necesito - Aiteda (Suspendida)
FanfictionElla, una vida de calma, demasiada para su gusto Él, una vida llena de emoción, demasiada para su gusto A ella le hace falta emoción, a él calma. ¿Lo encontrarán en los brazos del otro? (Una historia paralela al mundo de OT)