Capitulo 21: Podredumbre

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Es extraño, mi mente es extraña, cada vez que trabajaba o estaba con mi Amo Thom me sentía tan bien, libre, cálida... bonita.

Pero cada mañana, al despertar e ir a asearme... le tengo miedo al espejo, a lo que refleja. Quiero sentirme bien, pero lo que veo en él, esa cosa tan pequeña, delgada, con ojeras negras, ojos muertos, cabello sucio, piel gris y dientes anaranjados.
No importa que tanto limpie su cabello y rostro sigue igual, no importa que tanto se lave los dientes, hasta el punto del sangrado ¡siguen igual! No importa cuánto trate de cambiarla esa cosa sigue igual, esa cosa sigue siendo yo...

Pero el me ve diferente, Thom me ve diferente... hace que me sienta diferente, no sé por qué, pero lo hace. No quiero perderlo, no puedo perderlo

Todo el tiempo en que ella se quedó aquí... por eso ella daba miedo, pero no por su forma de ser o actuar, su apariencia, su voluptuoso cuerpo, su piel de color tan sano y brillante, su perfecto rostro y sus labios rojos

Me da miedo que se le acerque, me da miedo que lo toque, me da miedo que ella lo mire, me da miedo que él la mire y luego me mire a mí, y la escoja a ella. Todo por culpa de esa cosa que veo reflejada en el espejo

¿Quién se resistiría a tales encantos?
Ella es una mujer de verdad.
Ella se lo podía llevar si quisiera, dejarme atrás y hacer que me olvide en una solo noche. De solo imaginarlo mí corazón se hace pedazos

Hoy por fin es el último día, ella se irá hoy y de nuevo solo seríamos él y yo

Fuertes golpes en la puerta me despertaron -- ¿Sylvie...? -- No estaba ¿se había levantado antes?
Otra vez los golpes en la puerta me concentraron. Otra vez, ¿está vez que sería? ¿Alguien tenía un accidente con un carruaje? ¿una herida profunda? o el clásico "se enfermó hace una semana y ya tratamos de todo" todo menos llamarme el mismo día en el que lo notaron enfermo. Salí rápidamente de mi habitación, me puse mi bata y me dirigí a la puerta. Al abrir las vi, era la mesera de la cafetera a la que Sylvie y yo íbamos con frecuencia, en sus brazos una niña con la mano envuelta en vendas caceras, todas manchadas con el rojo de su sangre

-- ¡¡Ayúdela!! ¡¡por favor!! -- me suplico

-- Adelante, rápido - la deje pasar - ¿Que paso? --

-- Tuvimos un accidente en la cocina... Todo es mi culpa debí... -- ella lloraba, aunque le costase se notaba que quería guardar la compostura

-- No te preocupes, la trajiste --

Entramos al consultorio y le dije que dejara a la pequeña en la cama
Le quité los vendajes, la herida estaba en su mano izquierda, comenzaba entre los dedos anular y meñique se extendía por la palma de su mano y terminaba entre el índice y el pulgar, el principio de la herida era algo profunda. Primero le limpie la gran incisión, lo que le provocaba dolor a la niña, esto provocaba que ella se moviera y el llanto de la mesera la alteraba, esto provocaba que el desangre siguiera

Al final me canse del llanto de ambas no podía tratar como se debía con las dos en ese estado, así que, mire a la mesera

-- Escucha, escucha. Debes dejar de llorar y trata de distraerla y calmarla. Si esto tarda más no me apresuro a limpiar el are ella podría sufrir de una infección -- Ella asintió y se secó las lágrimas y afirmó con la cabeza

-- Simone, cálmate solo déjalo ayudarte -- le acariciaba y le hablaba lindo y pausado --

-- Nephy, me duele mucho -- le respondió la pequeña Simone entre sollozos

Una vez limpia tendría que suturar, aproveché su charla y tome mi equipo de sutura
Pero Simone me vio y se asustó al ver la aguja y el hilo

-- ¡¿Qué hace?! --

Teaching Feeling: como calentar tu almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora