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—¿Dónde coño estabas?

Taehyung había pasado tres horas fuera.

—He ido un momento de tiendas con Jimin.— Mintió.

—¿Durante tres horas?— Su madre elevó su tono de voz.

—Me he perdido.

Su padre le arrojó un trapo a la cara.— Dios, ¿qué te ha pasado? Estás...

—Estoy bien, estoy bien.

—¿A qué hueles?

Drogas.

—No lo sé.

—Estábamos cenando. Los has dejado "paltados".

—Plantados.— Corrigió su padre.

—Los has dejado plantados.— Repitió. —¿Así es como quieren que me vean? ¿Cómo una desgraciada que no sabe ni a dónde va su hijo? Si no vas a trabajar ni estudiar, por lo menos déjame quedar bien con mis compañeros de trabajo. Hasta para eso eres un chapucero.

—Dejemos esto, para mañana.— Calmó su padre.

—¿Te crees que somos tontos? ¿De verdad lo creías?— Ella señaló su cabeza.

—Mamá, eres muy...— Hizo una mueca de asco.

—¿Una qué? ¿Una puta qué? ¿El qué?

—Exagerada.

Y se quedó en un silencio incómodo. La mujer miró a su marido. —Oh, ¡que os den a los dos!— Pegó un portazo en su cuarto después de subir las escaleras.

—A la cama.— Dijo su padre antes de irse.

Qué gran mierda

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Qué gran mierda.

Eso se repetía Taehyung tumbado en su cama, con los rayos del sol cruzándole por la cara de manera que entrecerrara sus ojos.

Había vuelto del curso de artes. Su padre no estaba.

—¿Dónde está papá?— Su madre se dedicaba a ignorarlo mientras miraba al televisor. —¿Mamá?

—Tu padre se ha ido.

—¿Que se ha ido? ¿Cómo que se ha ido?— Replicaba desde el marco de la puerta del salón.

—Ha hecho la maleta y se ha marchado. Dice que no puede seguir aquí. Que no puede seguir hablando conmigo.

—Un momento, ¿os habéis separado?

—Por dios, no.— Respondió ella, negándose.

—¿Ya no va a vivir aquí ni a hablar contigo?

Su madre hizo un silencio y rodó sus ojos. —Exacto.

—Ya.— Respondió y agachó la cabeza.

—Me pidió que te dijera que lo siente.

—¿Por qué? ¿La culpa no es suya, no?

Su madre tragó su nudo de la garganta y le miró. —A veces las relaciones son complicadas y ya sabes... No deberías culparte.

—No me culpo. Te culpo a ti.— Respondió con obviedad.

—Lo sé y has...

—¡Cállate! ¿Por qué lo has dejado marchar?— Preguntó devastado.

—Tae, no puedo...

—¡Porque eres una puta inútil, una puñetera idiota!— Gritó. —¡Gilipollas!— Empezó a llorar y su voz tembló. —¡Es mi puñetero padre! ¡Y se ha ido!

—Lo siento mucho.

—Demasiado tarde. —Caminó alrededor del sofá hasta encontrar el teléfono fijo. —Llámalo.

—No servirá de nada. —Replicó suspirando ella.

—¡Llámalo! O... ¡O estás castigada sin móvil hasta que venga, joder! ¡No es nuestra culpa que tengas problemas!— Le imitó.

—¿Qué?

—Ya me has oído.

—Tae...

—¡Tengo cosas que hacer!— Gritó para después subir las escaleras a su cuarto.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2021 ⏰

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Misofonía. Kooktae Donde viven las historias. Descúbrelo ahora