3

1.5K 146 58
                                    

 Dazai suspira mientras hace girar la silla en la que se encuentra sentado, Atsushi se inclinó preocupado.

- ¿ocurre algo Dazai-san?.

- si - soltó desanimado - verte interactuar tan alegremente con Akutagawa-kun me llenó de nostalgia.

- ¿¡EHH!? - soltó el peliblanco sin comprender.

- aún la lleva - continuó, como si el menor entendiera de que hablaba - pero no hemos vuelto a hablar como antes.

- ¿problemas amorosos? - preguntó Yosano divertida. 

 Rampo atrás soltó un risa, Dazai se sentó correctamente y lo observó, seguramente aquel ojiverde sabría que le ocurría. 

- Rampo-san - llamó - ¿alguna idea?

 El contrario no terminó de llevarse la galleta a la boca.

- mañana en la noche se festeja el festival de primavera - comentó casual, a Dazai no le hizo falta más información para completar la idea. 

 Sonrió y le lanzó al contrario un baucher de regalo a una cafetería que era muy conocida por sus grandes pasteles.

- una invitación para dos personas - le señaló - mi agradecimiento.

 Rampo bajó los pies de la mesa y se sentó correctamente, observando el papel, entre avergonzado, divertido y agradecido.

 El hombre de vendas también tendría que sacarle alguna foto a Kyoka como agradecimiento a la mayor, que fuera tan elegante y anticuada le venía como anillo al dedo. 

 Dazai saltó de su lugar y le arrebató a Kunikida la pluma que solía utilizar para escribir en su cuaderno, luego corrió hacia el escritorio de Naomi, de donde sacó un papel rosado, que poseía dibujos de flores en una de sus esquinas, regresó a su escritorio y cerró los ojos haciendo memoria, para finalmente inclinarse sobre la hoja y realizar elegantes y puntiagudos trazos en el papel.

 Al terminar levantó la hoja victorioso, para tomando uno de los sobres que tenía cerca de él, introducir la nota y escribir la dirección del pelirrojo en ella, con la misma delicadeza que la interna, para cerrarla y bajar rápidamente, a esa hora el más bajo aún estaba trabajando.

.

.

.

  Chūya llegó a casa bastante cansado, introdujo la llave en la cerradura torpemente e ingresó, se descalzó, dejó su chaqueta y sombrero colgados de un perchero y desabotonó los primeros botones de su camisa, para peinando su cabello hacia atrás dirigirse a la cocina, donde se sirvió una copa de vino. 

 Apoyó sus codos en la mesada que observaba hacia el comedor, y bebió un trago de su copa.

 Un objeto llamó su atención en  la entrada, se acercó a el, se agachó a recogerlo, era una carta; la cual sin percatarse había pisado. Dio vuelta la hoja y se encontró con el fino trazo de Kōyō, el pelirrojo agradeció que la mayor no se encontrara allí, porque lo habría sermoneado con respecto a su falta de delicadeza. 

 Abrió el sobre mientras volvía a la cocina y leyó.

 "Querido Chūya:

 Mañana por la noche habrá un festival de primavera y al encontrarme falta de mi Kyoka, no tengo con quién ir, ¿podrías tu ser tan amable de acompañarme?.

 No hace falta que respondas a esta carta, te espero a las 8:30 hs, en la entrada de la calle principal.

 PD: por favor, ven adecuadamente con yukata.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 19, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CollarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora