La vida sigue

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Desde que descubrí que era Omega, o mas bien, desde que mi familia descubrió que era un hombre Omega, me lanzaron a la calle.

Hasta los 17 anos fui el hijo perfecto y querido por mis padres, había sido criado para ser el próximo sucesor del hospital central, mismo del que es presidente mi padre. Pero después de que me manifesté como Omega, fui lanzado a la calle.

Cuando escuchaba a mi padre en prensa hablando de la igualdad en la contratación de todos los géneros, le observaba con fascinación, pensaba que solo una persona letrada como el, seria capaz de cambiar el mundo.

Pero resulto que mi padre solo hablaba de boca, nunca puso sus verdaderos sentimientos en lo que tanto predicaba ante la prensa. Mi madre, quien demostró devoción por mi y por mi hermano toda la vida, no resulto ser diferente.

Al ser echado de casa, ella no me dirigió ni una mirada, ni un gesto de condolencia.

Parecía que al igual que mi padre, el ser un Omega generaba repulsión por ella.

El único que miro hacia atrás, fue mi hermano. Sin embargo, hoy en día no dudo que fuese un acto.

Hace poco vi en las noticias que su ascenso a presidente del Hospital seria pronto.

Nunca, después de 3 años de ser abandonado, me buscaron.

Para el mundo, mi existencia ha sido anulada.

Al día siguiente de ser desterrado, mi padre fingió mi muerte.

En la prensa corrieron fotos antiguas de mi persona, así como del funeral.

Para ver el cinismo de mi familia, asistí a mi funeral.

Quería salir a la prensa y gritar que todo era un acto, pero no lo hice por mi hermano.

En ese momento, pensé que este me quería, y que, gracias a él, podría volver a mi lugar.

Pero 3 años han pasado, y no he sabido de él, más allá de lo que veo en la televisión.

El otro día le vi saliendo de un bar de alta clase acompañado de una bella chica, por su olor extravagante, no dudaría que era una Omega.

Una omega igual que yo.

Pero al ser yo hombre, solo puedo trabajar en la trastienda.

Si...hoy en día me encargo a lo que muchos llamarían el servicio al cliente.

Al salir de casa pensé que podría encontrar un trabajo normal, pero después de muchos intentos y verme comiendo de los basureros, tuve que tomar la única oferta medianamente digna. Bailar y atender en un bar de mala muerte.

Mi baile no es público, solo soy llamada en raras ocasiones, ya que los alfas encuentran de mal gusto ver a un Omega masculino. Tal parece que el pene de un hombre los ablanda.

No les culpo, yo también quisiera disfrutar de una mujer, en vez de un hombre.

Pero nada en mi funciona.

A los 20 años, no he tenido mi primer celo y tampoco lubrico. Parece que mi familia me jodio mas de lo que pensé. Ni una erección es posible.

Llámalo maldición, o suerte. Gracias a mi imposibilidad de lubricar, no he sido vendido.

Solo bailo, abro mis piernas y me dejo tocar un poco.

***

Hoy tuve un cliente muy particular

Era un alfa bastante llamativo.

Usualmente mis clientes, son hombres homosexuales o alfas confundidos con su sexualidad.

AL verme, se desilusiono un poco.

Parece que mi color de cabello no era de su gusto, por lo que pidió un cambio, pero como soy el único que trabaja aquí, me pidió usar una peluca negra.

La verdad me dio risa.

Sin mas preámbulos, le baile, abrí mis piernas como de costumbre y le mire seductoramente.

Parecía realmente excitado, mientras me miraba, tocaba su pene y llamaba el nombre de un chico.

En varias ocasiones, trato de que yo le masturbase, pero como no presto ese servicio, me rehusé.

No se mostro muy contento, pero a la final chistando un poco, freno en su intento.

Después de media hora y de que el se viniese en mi rostro, tiro el dinero al lado, y se marchó.

Aun puedo escuchar el nombre del chico que llamaba.

Mateo!

No se por que ese nombre me resulta conmovedor.

Lazos familiares (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora