Capítulo I: Bell Cranel

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Todos los dioses descendimos al mundo de nuestros hijos, los humanos.
Con el fin de buscar emociones, e inspiración.
Y entonces, decidimos que viviríamos aquí, en este mundo; por el resto de la eternidad.
Sellamos nuestros poderes divinos, y vivimos de forma modesta.
Rodeados de todas las incomodidades de los humanos.
Solo podemos ofrecer una cosa: Una bendición, el poder para enfrentar monstruos.

Es decir, tú.
Ahora eres de mi familia.
El miembro más reciente de la Familia Loki.
¡Bell! ¿¡Me estás escuchando!?

Un chico de cabello blanco estaba huyendo de un Minotauro...
Lamentablemente se topó con un callejón sin salida.
El minotauro se burlaba de él, dando golpes a la pared, mientras que el chico estaba tirado en el suelo, tapándose la cara, y sollozando.

Su vida había llegado a su final... O al menos eso creía, en cuánto menos se lo esperó, un corte atravesó al minotauro de piel marrón, seguido de ese corte hubo otro en su brazo , llegando a su clavícula, y terminando con su vida.

La sangre del minotauro había llegado a la cara del peliblanco.

El chico observó a la persona quien lo había salvado.

- Oye, ¿Te encuentras bien?.

Y fue cuando el chico la vio detalladamente, una chica rubia, de ojos dorados.
Era como un ángel para aquel peliblanco.

[...]

Un chico peliblanco se movía por las calles de Orario, pero algo no pintaba bien.
Estaba manchado en sangre, mientras que corría manchaba algunos puestos con la misma sangre, y recibía regaños.

- ¡Eina-san!

- Es Bell. ¡Aaah! - La chica se había impactado, era Bell, pero manchado enteramente de sangre, ese susto provocó que tire todos los papeles al suelo.

- ¡Por favor, dime todo lo que sepas de Wallenstein-san! - Gritaba esas palabras mientras corría hacía su asesora del gremio.

[...]

- Eso fue algo muy imprudente. ¿Cómo se te ocurre ir al quinto piso así nada más? - La semi-elfo le reprochaba a Bell.

- Ir al calabozo completamente solo, es muy peligroso, ya te lo he dicho, un aventurero no puede arriesgarse tanto - Le volvió a reprochar.

- Lo sé, lo siento.

- Ay, Bell, ¿Te das cuenta?, tienes demasiada suerte. Eres un aventurero de nivel 1, llevas medio mes en el calabozo, y aún así sobreviviste al ataque de un minotauro. Sin nombrar que la familia Loki no está interesada en nuevos miembros, y aún así, tú si entraste. - Eina hizo una pausa. - En fin, me alegra que estés bien, Bell, para la próxima ten más cuidado, y algo más, tampoco corras por la ciudad cubierto de sangre.

- ¡Sí! - Respondió el peliblanco.

- Escucha, respecto a Wallenstein-san... ¿Cómo lo digo?.

- ¿Qué dices?, la señorita Wallenstein... no me digas, ¿Te sientes atraído a ella? - Le preguntó Eina a Bell.

- N-no, bueno...

El Conejo de la Familia Loki - DanmachiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora