Un Fénix de Aire |¦Sirius Black¦¦ ✔️

🌪️Four🌪️

Faltaba un día antes de irse a casa por navidad y una pequeña rubia vagaba por los pasillos en busca de su amigo serpiente.

Lo encontró cerca de la biblioteca y como siempre tenía un libro en sus manos, ya no le sorprendía, ella se acercó y se sentó junto a él.

-Hola serpiente-Saludó feliz.

-Hola rubia-

-Ten, come- Pidió ella dándole lo que había traído.

Alessandra se había acostumbrado a buscar a Snape para entregarle comida casi todas las tardes y a él chico le encantaba que la rubia se preocupara por el.

Aceptó gustoso y dejó su libro a un lado mientras la Di Lessio sonreía.

-Sé que falta una semana para navidad, pero te quería dar tu regalo ahora- Habló Alessa- Es que quiero ver tu cara Sevy- Siguió divertida.

Snape levantó la vista de a poco ¿Ella le había comprado un regalo a él? No esperaba un regalo que no fuera el de Lily y eso ya era mucho.

-Yo no te compré nada- Dijo algo triste el Snape dejando de comer.

-No tenías porqué hacerlo Sevy-

Ya se había acostumbrado a los apodos de Alessandra hacia él dado que ella parecía no entender que no le gustan o simplemente lo ignoraba al decirlo.

La niña sacó una pequeña cajita verde esmeralda y se la entregó. El con cuidado la tomó la abrió dentro había una cadena con las iniciales "S. S" el sonrió y la miró.

Ella tenía una gran sonrisa en el rostro y sacó una cadena casi idéntica con las iniciales "A. D" de debajo de su túnica luego  la volvió a ocultar.

-Gra-gracias ru-rubia- Tartamudeó el Snape.

La chica río ya que le parecía tierno el hecho de que estaba rojo y targamudeaba, entendía que Severus tenía ciertos problemas con la comunicación...

No quería aceptar que por accidente había leído su mente en ocasiones, aún cuando enserio trataba de no hacerlo. Desearía poder ayudarle más que dándole un simple regalo.

-De nada- Respondió amable luego de salir de sus pensamientos- Te veo después, diviértete y trata de no abrumar a tu madre contándole lo maravillosa que soy- Se despidió con la mano antes de irse.

Ahí se quedó Severus Snape con las mejillas rojas, de alguna forma sabía que ella tenía conocimiento de su vida casi tanto como él de la suya.

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La chica volvió a su sala común y se dedicó a empacar con magia para practicar y así poder demostrarle a su padre que había aprendido mucho.

Lily observaba a la rubia realizando varios movimientos con la varita y no pareció darse cuenta de la presencia de la pelirroja.

Lily notó como las últimas prendas de ropa se movían, pero no eran dirigidas por la varita si no por el dedo índice de la niña mientras seguía con su varita arreglando sus libros.

-¿Cómo haces eso?- Preguntó Lily de pronto.

Alessandra no se sorprendió, sólo volteó en su dirección y por primera vez en meses le sonrió.

-Es un talento de mi familia, tenemos la habilidad de hacer hechizos sin varita y sin hablar- Explicó sinceramente.

Realmente ahora no tenía fuerzas para pelear con Evans, solo quería llegar a su casa y relajarse con su padre bebiendo chocolate y haciendo bromas a Sirius.