18. Y Más Días

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Día 5

Es hora de levantarse, después de todo ya amaneció. No estoy muy contenta ya que la llegada del nuevo día vino con nubes grises ¿Qué puedo decir? fue una noche larga. Estaba dispuesta a terminar con algunas tareas hasta que encendí mi tele y vi un maratón de películas como si no hubiera un mañana. ¡No me quiero parar de mi cama!

Ahora lo que me acongoja no es un sueño extraño ni una mala experiencia del día anterior, siento mi pecho oprimido al recordar que falta muy poco para el plazo final y bueno... Dentro de unos días será mi cumpleaños, mis dulces 16.

Los 16 me llaman a la reflexión... ¿Qué estoy haciendo con mi vida? Y me llena de curiosidad la celebración que se dará.

Una pequeña fiesta es lo que yo pido, que asista Selena, Daniel, Alejandro y Lucas, una reunión cerrada y con privacidad. No me agrada mucho el hecho de estar rodeada de muchas personas, prefiero algo más íntimo.

Regresando al primer punto, faltan sólo 2 dias y ni siquiera se exactamente que decir, es un chico de 14 años, no debería ser muy difícil.

Mientras hablaba en mis adentros noté que estoy a punto de llegar tarde, no es una novedad en realidad.

Me miré al espejo y noté las ojeras oscuras que se encontraban debajo de mis ojos, pero no tengo el suficiente tiempo para preocuparme por ello.

Hoy, el cielo se pintó de un blanco ahumado, no arreglaré mucho mi cabello creo que con pasar superficialmente el peine es suficiente, voy en demorar y no deseo tardar más.

Me fui en un bus que me lleva justo a la puerta del colegio, entré con apuro de por medio esperando que aun no haya comenzado la clase.

El profesor me miraba fijamente, mi respiracion se encobtraba acelerada debido a que corrí con desesperación anteriormente.

El primer curso de hoy es química y como dije anteriormente, es la carrera que deseo estudiar. El profesor hace clases muy didácticas y entretenidas.

Shawn me hace un gesto para indicar que ingrese, aparentemente aún no empieza la clase. Entre mis cuadernos y libros busco la tabla periódica intentando encontrar lo inexistente.

— ¡La tabla! — dije mientras ubicaba a Selena para pedir por un tabla.

— Señorita Fernandez, está usted muy distraída últimamente — dijo señalando hacia arriba, donde se encontraba el salón de Barnechea — Vaya a pedir por una a otros salones, no se demore ni se pierda.

Mal dia para venir desarreglada ¿no lo creen?

Todos esbozaron una sonrisa y cambiaron su atención hacia mí, las miradas de complicidad no se hacian de extrañar y los murmullos se agigantaban con el tiempo.

Sin duda, los chismes corren con mayor fluidez en la asamblea de docentes. Bueno, todos en este colegio saben quien me gusta excepto Lucas, me siento como en Dora la Exploradora. Sí, así de ciego es él.

Me levanté de mi pupitre y me dirigí hacia la salida, caminé por el pasillo, subí las escaleras y ahí me encontraba, frente al salon de Barnechea.

Estornudos fingidos tomaron el protagonismo.

— Cof... Lucas... Cof— Repetian los jóvenes.

— Buenos días... me preguntaba si... Si alguno de ustedes... Si han traído hoy una tabla periódica— Grité mientras un color carmesí tomaba el protagonismo en mis mejillas.

—Roxy... Yo tengo una –escuché de uno de los alumnos.

—Oh, muchas gracias— respondí amablemente.

Anécdotas de una nerdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora