Capítulo 7

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—Hya!!! ¡Déjame ir! ¡¡Paradlo!! ¡¡¡¡AAAAH!!!!

—¡¡¿Qué son esas cosas?!! ¡¿De dónde vienen?!

—¡Alto! ¡No os acerquéis! No… no os acerquéis… ¡Atrás!

Grandes bestias que nunca antes vieran entraban por grandes agujeros al patio, atacando y matando aleatoriamente. En medio de la matanza, algunos de los prisioneros fueron arrojados a una jaula, cayendo totalmente en pánico.

—¿Qué son? ¡¿Por qué están aquí?!

Las bestias fueron revividas en el sótano bajo el patio, rompiendo el techo del sótano y arrastrando a los presos a las profundidades. Los prisioneros no entendían para nada la situación, y así, no tenían forma de escapar.

Siguiendo a la primera ola de bestias, una segunda clase de bestia emergió. Una bestia que recordaba a un Espinosaurios, pero que no era más alto que un humano. Tomando ventaja de su flexible y pequeño cuerpo, sus mandíbulas se clavaban en los prisioneros fácilmente. Un mordisco era suficiente para satisfacer a las bestia, así que los presos atacados no tenían más remedio que morir
desangrados.

Mientras las bestias seguían surgiendo del suelo, aniquilando la base de los pilares, el edificio de las barracas se desestabilizó. Había aún mucha gente que no pudo escapar, aplastados bajo los escombros. Parecía que era la mejor muerte si se la comparaba con la muerte agonizante y horrible causada por las bestias.

Otra bestia emergió. Una bestia con un cráneo grueso como una cúpula. Mantenía la cabeza gacha, y entonces cargaba todo recto. Uno de los prisioneros que salió volando cayó, siendo machacado a pisotones.

Algunos otros, tropezando con el cuerpo caído, crearon una reacción en cadena. No siendo más que una pila de docenas de personas, la bestia corrió hacia ellos. Hubo quienes fueron pisoteados y otros que fueron lanzados por los aires por la cabeza de la bestia: fue una muerte instantánea.

Aquellos que afortunadamente salieron vivos, logrando escapar, habían sido perseguidos hasta su muerte, mientras la bestia los acorralaba contra la verja.

—Mierda…

El lado sur de la verja fue completamente destruido por la carrera de las bestias, aunque el lado norte estaba casi mayormente intacto. La bestia de cráneo grueso bajó la frente para intimidar a sus presas, hundiendo más su cabeza.

—Aah… Aah… Por favor, no más…

—Por favor… ayudadme…

Uno de los hombres cayó a sus pies bajo una desesperación completa, y otro gritó y se agarró a la verja.

La bestia, con su cráneo más fuerte que el acero, cargó hacia ellos. Todos estaban preparados para morir…

[·+·]

—¡¡Shanarooooooo!!

Un grito de guerra vino desde detrás del muro, que se sacudió y cayó. La doctora de la enfermería irrumpió de pronto desde el otro lado de la nube de polvo que se alzó en consecuencia.

Los presos corrieron hacia donde colapsara el muro. Gritos y bramidos sonaron de la multitud que pretendía escapar. La bestia no lo había visto venir, recibiendo un fuerte golpe en la mandíbula y sucumbiendo poco después. Sakura ayudó a guiar a los presos de alrededor a la salida a través del muro, y luego se dirigió hacia el edificio principal. Las bestias los seguirían sin importar qué, pero tendrían más oportunidades estando más allá del muro. Había cuerpos esparcidos por doquier, gruñendo, sufriendo y esperando la muerte. Para un ninja médico, pasar entre ellos era increíblemente difícil, pero había algo que ella podía hacer que ayudaría a tanta gente como fuera posible: si da con Zansuru lo antes posible y libera el jutsu, el daño no será tan terrible.

Sasuke Retsuden (Los descendientes
 Uchiha y los cielos
 estrellados)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora