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¿Existe algo en esta vida que pueda llegar a ser tan adorable a la hora de comer?

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¿Existe algo en esta vida que pueda llegar a ser tan adorable a la hora de comer?

Un ser tan curioso que causa ternura y le roba suspiros a las personas.

Tan solo verlo llenar sus mejillas de alimento hasta quedar abultaditas ¿no era algo hermoso?

Definitivamente era muy lindo.

Y sí... hablaba de él.

No podía dejarlo de lado.

Hace 4 meses que llegó con la intención de hacerle compañía, pero no solo a Jungkook, y desde entonces no hacía otra cosa que cuidarlo tanto como fuera posible.

Habia desarrollado ciertos instintos sobre protectores gracias a él y a su inocente apariencia.

Y justo en estos momentos se encontraba alimentando a su masita feliz, el bebé consentido, al peludito de la casa.

A veces exageraba con los apodos, pero si le preguntaban, decía que era a causa del efecto del amor hacia alguien o algo tan chiquito y curioso.

En silencio admitía su gusto por verlo hacer tantas cosas, dándole motivos al pelinegro para quererlo cuidar y preocuparse por su salud.

Sin duda alguna, amaba a su hámster.

Así como también amaba a su pareja, por supuesto.

Ambos se encontraban ocupados en la cocina -específicamente el azabache- quien era que le daba de comer a estas horas de la tarde al animalito, y en ese momento escuchó la puerta ser azotada con cuidado y un par de llaves ser aventadas -de manera poco sutil- sobre la mesita de centro en la sala.

Jimin era tan cuidadoso a la hora de entrar en la pieza del departamento donde ambos vivían desde hace un año.

Cuando hacía esa clase de gestos, era porque su día no fue el mejor de todos.

Y había que aligerar un poco el estrés que tragera encima.

-Hey.- Saludó el recién llegado a la cocina.

-Hey.- Respondió de igual forma el mayor, depositando un casto beso en los labios del castaño una vez estuvo cerca. -¿Que tal la universidad?

-Estresante... como siempre.- La respuesta fue acompañada de un suspiro.- Al menos ya tu te graduaste, tienes un buen trabajo que no te cansa y pone ojeroso como yo.- Señaló sus párpados algo hinchados por sus pocas horas de sueño del día de hoy, pues debió salir temprano.

-Ten animos, amor. Solo te falta un año.- Recordó.

-Por suerte mañana es sábado y estaré contigo, durmiendo hasta mediodía.- Bateó sus pestañas de forma pícara, aunque el gesto fue ignorado por su novio. -Kookie ¿me estás prestando atención?

-Eso hago, bebé.- Dio otro maní al animalito sobre la encimera sin intenciones de voltear a ver al castaño.

-¿Seguro?-. Se cruzó de brazos.

-Sí.

-¿Sabias que hoy es mi cumpleaños?-. Mintió.

-Ajá.

-Se nota lo atento que estás siendo conmigo.- Susurró tomando entre manos al roedor.

También lo quería mucho pero a veces lo odiaba por ser tan lindo y acaparar la atención de Jungkook.

-Espera... Amor ¿a donde lo llevas?-. Corrió tras su encuentro hasta la segunda habitación del fondo que el pelinegro utilizaba como estudio. Lugar donde mantenían la jaula acondicionada con todo lo esencial para su mascota.

-A dormir.- Una vez dentro, dejó al hámster en su jaula ubicada sobre una mesita al rincón de la habitación. -Ya tuvo suficiente de tu atención durante el día. Ahora me toca a mi.

Se cruzó de brazos sintiendo al poco tiempo el cálido aliento de su novio sobre su nuca.

-¿Estás celoso de nuestro pequeño?- Le susurró una vez lo abrazó por detrás.

-Aún no puedo creer que lo trates como si fuera un hijo o algo así.- Se dio la vuelta. -¿No es una mascota nada más?

-Es nuestro hijo. Lo adoptamos juntos cuando apenas era una cosita diminuta.- Mencionó dejando castos besos sobre sus labios. -Más que una mascota, es nuestro rallito de sol.

-Te dije que debíamos empezar por algo pequeño.

-Y eso fue lo más cercano a tu petición, sin contar que se parece a ti.- Rió.

-¿Y puedo saber en qué se parece un hámster a mi?-. Arqueó su ceja con la curiosidad palpable en sus palabras.

-Ambos son adorables...- Le acomodó un mechón de sus cabellos mientras empezaba a enumerar los detalles. -Tienen las mejillas abultadas, ojitos encantadores y les encanta rogar con gestitos raros para ser alimentados.

-No nos parecemos en nada.- Arrugó su nariz mientras se colgaba con ambos brazos alrededor de su cuello.

-Ahora que lo recuerdo, a ti te gusta rogar por otras cosas.- Confesó con diversión en sus palabras dando leves caricias a su cintura.

-Tonto.- Golpeó su pecho sin mucha fuerza y separarse. -Iré a tomar una ducha, necesito relajarme. Mientras tanto puedes ir escogiendo la película que veremos al rato.

-¿Hoy es nuestra noche?

-Todos los viernes.- Recordó.

-Por poco lo olvido.- Rascó su nunca.

-Eso te pasa por andar pendiente de nuestro chiquitín en lugar de tu novio.

-No mientas, a ambos les dedico mi tiempo por igual.

-Sabes que bromeo.

-Y tu sabes que te amo ¿no?

Un beso fue dejando en respuesta sobre los labios del pelinegro. Seguido de eso el menor desapareció en la habitación de ambos.


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Gelato ✺ Kookmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora