Este contenido incluye representaciones negativas o tratamientos inapropiados de personas o culturas. Obviamente como Sociedad estamos cambiando y adaptándonos a nuevas formas de percibir nuestro entorno. Por favor respetemos a la Autora original y simplemente disfruten de la lectura.
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Este pudo haberse convertido fácilmente en el peor día de mi vida. Minho pudo haber decidido que el padre de Beomgyu tuviera la oportunidad de completar su familia, eso me asustaba terriblemente. Había tomado por garantizado que él siempre iba a estar ahí. Había tomado por garantizado que él siempre iba a estar ahí. Había asumidos que Minho me quería tanto como yo lo quería a él. No pensé que necesitaba decirlo hasta el momento en que me di cuenta de que podría ser muy tarde para hacerlo.
Pero ahora Minho estaba sentado junto a mí usando mi remera y luciendo completamente encantador. Yo le hice eso. Él me dejó hacerle eso. No iba a perder mi oportunidad. Iba a decirle que lo amaba ahora y entonces. De cualquier forma, tan pronto como abrí la boca para hablar, él se puso de pie y se fue. De ninguna manera. -Lee Minho, trae tu trasero para acá- ordené.
-Aw, qué tierno- contesté en un tono protector. -Crees que puedes decirme qué hacer. Bésame el trasero, Bang.
Eso haría. -Si tú lo dices. -Me lancé a por él.
-¡Era solo una expresión! -gritó sobre su hombro mientras corría fuera del cuarto.
La combinación de que yo conociera mi casa mejor que él y que estuviera un poquito adolorido, me dejó atraparlo rápidamente. -Una que tomaré muy seriamente. -Lo empujé sobre el mostrador de mi cocina y jalé su camisa.
Jadeó un poco. -No. Te. Atrevas.
-Tienes un lindo trasero, Lee. -Lo molesté, pasando mi mano sobre su nalga derecha.
-No es lindo- se quejó.
Le di un pequeño golpe y sonreí cuando Minho gruñó. -De ahora en adelante, creo que te llamaré cute ass. -Mientras me miraba con el ceño fruncido. Fui hacia abajo y le di un pequeño mordisco.
Minho brincó. -¡Hey! Dije bésame el trasero, no muérdelo.
-Lo siento- me reí, dándole la vuelta y enrollando mis brazos en él. -No puedo evitarlo. -Besé el puchero que hizo. -Si no estuvieras tan adolorido, te tomaría justo aquí en este mostrador.
