Suzanne...
Una maldición. Se trata de una maldición familiar que me mantiene en un estado permanente de soledad del que me es imposible escapar. Tengo tanto miedo de importunar a la gente, de ser esa molestia que tantas veces me han repetido que soy, el claro ejemplo de la persona destinada a vagar en las tierras del desamparo porque nadie la querrá. Una maldición que está amarrada a mi cuello desde que nací y se ha fortalecido producto de todas aquellas voces que me han maldecido. ¿Creerías que siempre las oigo? No hay día en que no me visiten sus voces. Mentirosos con dientes de perro. Por voz tenían dagas y profetizaron para mí un futuro plagado de tristeza y oscuridad, viviendo en una pequeña casita de color amarillo, para espantar mis pesadillas, con dos bebés de un amor que no resultó y las frustraciones de mi fracaso profesional y marital.
Quizás es cierto que una vez que hemos sentido el más profundo y desafortunado amor buscamos experimentar una vez más la misma sensación, pero es imposible, jamás será lo mismo. Las cosas no suceden dos veces de la misma forma, ya sea con la misma persona o con otra y eso me hace llorar cada día en silencio mientras bebo mi café todas las mañanas y mientras le sonrío a la gente que pasa al caminar, jamás podré sentir nuevamente el calor de los brazos de la persona amada, ni inhalar su aroma cual droga para apaciguar mis demonios producto de esta cruel sociedad, ni podré florecer como un girasol ante aquella bella sonrisa, jamás sentiré esa emoción de nuevo.
A tu insensible pregunta, solo una vez me he enamorado. Aunque, tengo un fuerte deseo de que me amen y volver a amar, un anhelo profundo como el océano, desde lo más espiritual a lo más carnal de mi ser, tan hondo que no consigo ni creo poder explicar con mis pobres palabras como me siento. Pero lo que puedo verbalizar es que tengo tanto miedo, Suzzane, miedo de enamorarme y volver a convertirme en guijarros. Cada vez que tengo la oportunidad de amar me vuelvo como una sombra que se funde en la noche más oscura, ya no se si huyo del miedo a caer del precipicio de que me amen o busco caer del edificio más alto con el objetivo de que mis entrañas se esparzan por el pavimento para evitar que descubran que no merezco aquel cariño. Tengo miedo de morir por entregar mi corazón a una persona y que nuevamente me hiera. Vivo con el pánico constante de que aquellas voces cumplan su vaticinio y que nunca me vayan a querer, Suzanne. Nadie me querrá.
Mi naturaleza retraída y contemplativa me ha hecho vivir en una burbuja, cada persona que comienza a conocerme lo menciona, como si tras aquel aviso descarado obtuvieran el derecho a vanagloriarse de que ya saben todo de mí y hubieran podido ver mi verdadero yo, pero lo que no saben es que mi burbuja no es una simple pompa de jabón, es una cúpula del más puro diamante hecho de mis miedos e inseguridades. Nada sale y nada entra. Solo existe un constante refuerzo a sus paredes gruesas.
¿Comprendes ahora? No es personal. Vivo en un estado constante de paranoia.
Sé que es un poco tarde para mencionar que tus cartas han llegado en buen estado a mis manos y que no te preocupes, las tengo a mi lado. Siento no haber podido contactarme contigo, sé que ya me has enviado varias cartas y ninguna he contestado. Te pido que no te preocupes, no faltare a mi palabra. Aunque no lo creas, por todo lo que ya has leído, no puedo dejar de agradecer tus cartas, pues la soledad no siempre es buena compañía.
Me disculpo si te he descolocado, pero hoy me encuentro en uno de esos días que son para llorar y anhelar toda aquella emoción de amar...
Ama Suzanne, disfruta de la primavera de la vida.
Andy
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Querida Suzanne
RomanceHa pasado el tiempo, Suzanne quiere volver a hablar con Andy para disculparse por el pasado, pero no es tarea fácil. . . . Todos los derechos reservados.